Hoy en día encontramos consejos sobre qué comer prácticamente cada vez que abres tú teléfono, miras cualquier web o echas un vistazo al periódico, pero, ¿cómo llegas allí, exactamente? ¿Cómo modificas tus elecciones de alimentos y comidas para cambiar tus hábitos? Tener un plan de acción puede hacer que tus objetivos se hagan realidad...
Hacer cambios saludables paso a paso puede ayudarte a conseguir tus objetivos. Es posible que sientas la tentación de revisar tu dieta, pero la mayoría de las personas terminan frustradas al tratar de cambiar tanto a la vez, o sienten que han fracasado cuando no pueden alcanzar metas tan ambiciosas. Elije el cambio que sea más importante para ti y comienza por este. Una vez que eso sea un hábito, agrega otro cambio.
1. Hazte fuerte en tu congelador (y despensa)
Las frutas y verduras frescas pueden tener una apariencia y un sabor delicioso, pero algunas de ellas parecen estropearse en el momento en que las llevas a casa, y el presupuesto para alimentos puede verse afectado si estás comprando muchos productos caros fuera de temporada.
Las opciones congeladas o enlatadas en agua pueden ser igual de buenas para tu salud. Y tienen una muy larga vida útil, por lo que podrían ser mejores opciones. Además, las frutas y verduras congeladas y enlatadas suelen ser menos costosas que las frescas.
2. Ten conciencia de las comidas y meriendas
Trata de minimizar las distracciones cuando estés comiendo. Cuando te enfocas en la comida, y no en la televisión, el trabajo o las redes sociales, es más probable que saborees la comida y dejes de comer cuando estés satisfecho.
También puedes prestar atención a tus señales de hambre. Si dejas de comer cuando tienes hambre, es más probable que te sientas cansado e irritable. Es posible que sientas la tentación de buscar alimentos azucarados para obtener un impulso rápido de energía sin pensar en cómo te sentirás después de que desaparezca el nivel de azúcar. Así que, sáciate, pero no te llenes.
3. Plan de proteína
Es importante incluir una buena proteína en todas tus comidas y meriendas, ya que este macronutriente es vital para sentirte saciado. Piensa en una lista de alimentos que combinen proteínas con carbohidratos complejos o en grasas saludables y tenlos a mano para tus comidas y meriendas. De esa manera, te sentirás satisfecho y tendrás la energía que necesitas para afrontar tu día.
4. Reserva tiempo para planificar y preparar las comidas
Tus mejores planes pueden salir mal si pides comida para llevar porque tu refrigerador esté vacío. Reserva algo de tiempo para planificar y comprar los alimentos que necesitas para la semana, o al menos para los próximos días. Si tienes dificultades para encontrar tiempo para ir de compras o cocinar, debes sin duda hacer cambios en tu día a día.
5. Compra con una estrategia
Los especialistas en marketing trabajan duro para tentarte a gastar tu dinero en sus productos cuando vas a la tienda, así que trata de contraatacar. Ve al súper con tu lista de lo que necesitas para la semana y apégate a ella. Sigue los consejos que probablemente hayas escuchado en alguna ocasión anteriormente: no compres cuando tengas hambre, ya que es más probable que compres alimentos que no necesitas.
6. Aumenta tu consumo de agua
Elegir el agua como tu principal fuente de líquidos puede ayudarte a reducir las calorías innecesarias, y beber agua antes de una comida puede ayudarte a sentirte satisfecho más rápidamente. Si no te gusta el sabor del agua pura o te aburre beber mucho, agrega un chorrito de zumo de limón o lima o un poco de fruta fresca.
7. No pases por alto el poder de una buena noche de sueño
Puede que no pienses que el sueño y la nutrición están relacionados, pero existe una fuerte conexión entre ellos. Cuando se está más descansado es más probable elegir alimentos más saludables.