No es una deshonra ir achuchado de dinero y mirar mucho lo que gastamos en la compra. Hay truquitos para aprovechar las ofertas y comprar alimentos de calidad por mucho menos dinero.
Uno de ellos es comprar alimentos cercanos a su fecha de caducidad. Muchos establecimientos bajan el precio de los productos perecederos a última hora del día. Es una estrategia para luchar contra el despilfarro alimentarioque beneficia tanto al establecimiento, que no pierde toda la inversión, y para el consumidor, que se lleva a casa alimentos frescos perfectamente comestibles a un precio mucho menor.
Estas ofertas relámpago suelen aparecer a última hora del día e incluso a primera del día siguiente. Los rastreadores de ofertas lo saben y empuñan el carrito a esas horas por los pasillos de los frescos a la caza del chollo. El riesgo es no encontrar exactamente lo que buscas. Aquí es conveniente ir con mentalidad abierta, por si no encuentras justo lo que querías, pero ves otras alternativas muy convenientes. Imagina que vas a por berenjenas para hacerlas rebozadas o a la plancha como guarnición. No hay, pero tienen una bandeja de setas al 30% de su precio. O espárragos trigueros. Se suelen señalar con etiquetas en colores vivos, como amarillo o rojo con un mensaje del tipo 'fecha de caducidad o de consumo próxima'.
Es importante que sepas que las autoridades en materia de seguridad alimentaria vigilan de cerca a los establecimientos de venta de alimentos frescos para que todo lo que se venda esté en condiciones seguras para su consumo. Es decir, aunque su fecha de caducidad esté próxima, en ese momento se pueden comer sin riesgos.
El siguiente truco es unir ofertas y congelación. ¿Está de oferta la cinta de lomo, pero hoy ya tienes pescado para cenar? No hay problema: cómpralo y lo congelas. Así se para el reloj de la caducidad. Cuando lo descongeles estará en perfecto estado para cocinar y consumir.
Alerta: técnicas del súper para tentarte
Los supermercados utilizan diversas tácticas de marketing para impulsarnos a comprar alimentos superfluos y pobres en nutrientes que no necesitamos en una alimentación cotidiana saludable. O que, al menos, deberíamos consumir lo menos posible. Estos son algunos de los trucos que usan para engatusarnos:
- Una de las tácticas más conocidas es la de colocar chocolatinas y snacks cerca de las cajas de pago. De esta forma, aunque estemos a punto de pagar tras finalizar la compra, siempre quedará un pequeño hueco para añadir al carrito ese capricho de última hora.
- Otra técnica clásica de los supermercados consiste en ubicar al fondo de sus establecimientos los productos de primera necesidad, como leche, pan, huevos o, incluso, el papel higiénico. Así, aunque solo acudas al supermercado a por alguno de estos productos, te pasearás por otros pasillos y estantes que llamarán tu atención.
- También es habitual colocar a la altura de los ojos aquellos productos que interesa vender más. Esto provoca que nos demos cuenta con mayor facilidad de los alimentos que están ahí, mientras que otros estantes inferiores quedarán más alejados de nuestra retina.
- Megafonía. Es fácil que cada cierto tiempo suene la melodía del supermercado y una voz agradable nos recuerde que hay ofertas en la sección de panadería, charcutería o lo que sea. Suelen ser bastante convincentes, como si fuera la voz de tu conciencia recordándote que cometes una tontería si te vas a casa sin esa bolsa de madalenas con pepitas de chocolate que hoy, y solo hoy, está al 50%.
- Finalmente, en los frontales de los lineales de cada pasillo es fácil que coloquen ofertas muy vistosas y tentadoras, muchas veces, acompañadas de regalos. Es el caso de las cajas de 24 latas de Coca Cola, el pack de tres cajas de galletas, los donuts con regalo de una pulsera para medir la actividad física diaria… Valora si realmente los necesitas y si es una oferta real o es el mismo precio de siempre.