'De Ripoll al Parlament' podría ser perfectamente el título de un libro que versara sobre el grupo de extrema derecha e independentista de Sílvia Orriols. Nacido en este municipio de la provincia de Girona y fundado por su alcaldesa durante la pandemia, Aliança Catalana acaba de entrar en la Cámara catalana con dos escaños. Cuestión que algunos definen como una "pésima noticia".

Con el objetivo de "salvar Cataluña", Orriols -hasta ahora alcaldesa ultra de Ripoll y antes concejala del partido xenófobo Front Nacional de Catalunya- fundó Aliança Catalana. Se presentó a las elecciones municipales en esta localidad y un total de 1.401 vecinos se decantaron por las políticas de antiinmigración que prometía Orriols. Ahora, el partido entra en el Parlament con dos escaños, el que asume la propia Orriols y el que se va al candidato que ha liderado la campaña en Lleida, Ramón Abad.

Ahora y cuatro años después, la formación de extrema derecha independentista da el salto a la política autonómica, después de haber "ganado en el discurso" durante la campaña, según ha valorado este domingo en Al Rojo Vivo Objetivo Cataluña el sociólogo y colaborador de laSexta Rafa López.

Sobre la ideología de Aliança Catalana, la misma Orriols definió a la formación como un espacio de encuentro para "todos los nacionalistas" y "todos los independentistas", ya sean "liberales, conservadores, trabajadores o empresarios".

Entre las cuestiones que en su momento enumeró como aquellas que la llevaban a crear este partido, se encuentra el problema de "la inseguridad, el descontrol migratorio y el islamismo radical". Un discurso muy similar al de las filas de Ignacio Garriga, candidato por Vox en Cataluña

De hecho, la presencia de Orriols como candidata en estos comicios ha obligado a que los de Abascal focalizaran esta campaña hacia el territorio catalán, y no tanto a nivel nacional como sí que hicieron en las pasadas elecciones autonómicas.

En definitiva, y en palabras de Antonio García Ferreras, Aliança Catalana no es más que "una fuerza claramente xenófoba, racista y con una mensaje de islamofobia absoluto, antinmigración y, además, independentista".

Incluso antes de conocerse su entrada en el Parlament este domingo -las encuestas ya apuntaban a este posible escenario- PSC, ERC, CUP, Junts y Comuns Sumar suscribieron un acuerdo en el que se comprometían a no aceptar los votos de la ultraderecha catalana , es decir, ni de Aliança Catala ni de Vox. Tan solo PP y Cs se abstuvieron de participar en el establecimiento de este cordón sanitario.