ERC pierde peso de forma muy notable en la política catalana y pasan de ocupar la presidencia de la Generalitat a aspirar a ser llave de un hipotético tripartido liderado por Salvador Illa. La formación de Pere Aragonès pierde cerca de 200.000 votos y más de un 7% del voto, pasando de 33 escaños a apenas 20.

Este resultado supone que ERC deje de ser segunda fuerza en favor de Junts, que sube tres escaños hasta los 35 representantes, y que se quede solo cinco escaños por encima del PP, que ha vivido la cara contraria de las elecciones al dispararse hasta los 15 escaños.

La noche ha sido tan aciaga en ERC que ni siquiera han podido ganar en Pineda de Mar (Barcelona), localidad de Aragonès, donde ha ganado el PSC con el 29,4% de los votos. Así, el independentismo pierde una enorme cantidad de representación en el Parlament; si se suman los votos de Junts, ERC y la CUP, obtendrían 59 ecaños, lejos de los 68 necesarios para la mayoría absoluta.

Esta "mala noche" ya fue adelantada por Raquel Sans, que lamentaba la "baja participación" que se ha dado en la jornada electoral, mostrando además su preocupación por la entrada de la extrema derecha en el Parlament, también "la que se esconde detrás de la bandera".

Aragonès pide a PSC y Junts liderar "una nueva etapa" en Cataluña

Al conocer los resultados, Aragonès, que ha sido ampliamente aplaudido en la sede de Esquerra Republicana, ha admitido los "muy malos resultados" de la formación. "La polarización ha ganado y ha marcado los resultados. ERC seguirá la voluntad de la ciudadanía y trabajaremos para continuar nuestro proyecto político desde la oposición", afirma Aragonès.

Aragonès ha asegurado que es el turno de PSC y de Junts de "liderar una nueva etapa" en Cataluña, ha abierto la puerta a "asumir responsabilidades individuales" que se tomarán en los órganos de dirección de la formación, advirtiendo acerca las "nuevas correlaciones de fuerzas" que deberán abrir para "reorientar" el proyecto de ERC en los próximos años.