Borrón y cuenta nueva. Es lo que parece que ha hecho la líder del PP de Extremadura, Maria Guardiola, sobre todo después de acudir a la investidura de Ayuso y percibir, según avanzó laSexta, lafrialdad de algunos barones del PPque no veían con buenos ojos la deriva que habían tomado sus negociciones con Vox.
Hoy Guardiola, lejos de sus críticas al partido de ultraderecha, ha comparecido con otro tono mucho más conciliador ante los medios de comunicación. Guardiola ha explicado que ha pedido a la presidenta de la Asamblea regional tiempo para negociar con la extrema derecha. "Los extremeños lo que nos dieron fue un mandato, y el mandato es que quieren un Gobierno diferente. Nosotros por eso hoy hemos pedido a la presidenta de la Asamblea que nos deje unos días, que nos deje estos días de esta semana para poder retomar ese contacto con la formación política Vox porque el bloque de extrema derecha es el único que puede lograr los apoyos", ha insistido. A la pregunta sobre la ideología que representa Vox, Guardiola ha manifestado que no va a "valorar lo que es cada partido. Vox es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo porque quiero lo mejor para los extremeños. Y es lo que vamos a hacer". "Quiero ser candidata a esa investidura y quiero presentarme con los apoyos de Vox", ha sentenciado.
Así, la líder extremeña ha señalado que la formación de extrema derecha tiene "mi mano tendida, como siempre. Los puentes siguen ahí, yo quiero seguir hablando, dialogando porque lo único que me importa son Extremadura y los extremeños". Un discurso en el que Guardiola ha olvidado frases tan contundentes como las que decía unos días, cuando advertía de que no entraría en su gobierno un partido que negaba la violencia machista.
"El PP y el PP de Extremadura no vamos a permitir que se utilice esta tierra para intentar tumbar un gobierno de cambio en España. Nos jugamos mucho", ha añadido Guardiola, que ha asegurado que no quiere que la oposición use sus palabras sobre Vox para intentar evitar un hipotético ejecutivo nacional entre el PP y los ultras, es decir, liderado por Alberto Núñez Feijóo y con Santiago Abascal.
Desde el PSOE, Fernández Vara se ha mostrado muy duro. "Lo único que se trata es de no olvidarnos que nuestros jefes son aquella gente que nos vota. No se pueden poner líneas rojas hoy y alfombras rojas mañana, no se lo merece la gente que ha confiado en ti", dice sobre la postura ahora de Guardiola, que insiste en negociar con Vox.
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En cuento a su papel, el candidato a la presidencia de la Junta de Extremadura señala que "lo cómodo" sería cruzarse de brazos: "Lo cómodo sería no ir al debate esperando que me puedan partir la cara. Pero esto no es para acomodados, damos una pinta de acomodados y es un desprecio por la ciudadanía de tal magnitud...", ha denunciado Vara.
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