A menos de 48 horas para que se abran las urnas en Euskadi los candidatos han pedido su voto en unas elecciones históricas en las que, por primera vez en 12 años, el PNV podría perder la Lehendakaritza, EH Bildu podría dar el sorpasso y el PSOE tendría la llave de gobierno.
Este viernes, los líderes nacionales se han desplazado a Euskadi para arropar a sus candidatos. Pedro Sánchez ha apoyado a Eneko Andueza, Alberto Núñez Feijóo a Javier de Andrés, Arnaldo Otegi -y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès- han acudido al acto de EH Bildu junto a Pello Otxandiano, Yolanda Díaz ha respaldado a su candidata Alba García, Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar han acompañado a Imanol Pradales y Ione Belarra ha estado junto a Miren Gorrotxategi.
Pese a que el barómetro del CIS del 1 de abril situaba al PNV por encima de EH Bildu -con posibilidad de gobernar con el PSE-EE-, la última encuesta del 10 de abril ponía a EH Bildu como claro vencedor de las vascas. El resto de encuestas, además, auguran un empate técnico entre las dos formaciones nacionalistas, lo que evidencia aún más lo reñidas que serán estas elecciones.
Así, se abren dos escenarios posibles: que el PNV mantenga la Lehendakaritza junto al PSE-EE, como han hecho durante los últimos ocho años; o que por primera vez en la historia de Euskadi la izquierda abertzale gobierne.
Las encuestas vaticinan que el PSOE podría tener la llave para decidir quien gobierna, pero el presidente del Gobierno confía en que los socialistas den la sorpresa. Por su parte, este viernes Feijóo ha asegurado que votar al PSOE solo servirá para facilitar un gobierno nacionalista. "Hay tres formas de votar a Bildu: la directa es coger una papeleta de Bildu, la encubierta es coger una papeleta del PSOE y la aplazada es coger una papeleta del PNV", ha dicho el popular en el cierre de campaña en Vitoria.
Una campaña "tranquila"
Desde que el lehendakari Iñigo Urkullu anunció que las elecciones vascas se celebrarían el 21 de abril la tensión durante la precampaña y la campaña electoral fue en aumento. Pero no fue hasta esta última semana, a unos días de abrirse las urnas, cuando ETA entró en el discurso y la campaña aumentó de decibelios.
Hasta entonces, pese a los reproches de la oposición criticando la mala gestión del PNV de Osakidetza -el servicio de salud vasco-, o la riña entre los abertzales y los jeltzales, tras acusar estos últimos de estar detrás de los altercados que se vivieron en Euskadi con motivo de las semifinales de la Copa del Rey a principios de marzo; la campaña, aparentemente, fue tranquila.
Durante los primeros días cada formación defendía su programa o alertaba de lo que pasaría si cierto partido llegaba al poder. Sorprendía el tono de los siete candidatos -Imanol Pradales (PNV), Pello Otxandiano (EH Bildu), Eneko Andueza (PSE-EE), Javier de Andrés (PP), Miren Gorrotxategi (Elkarrekin Podemos), Alba García (Sumar) y Amaia Martínez (VOX)-, tranquilo, lejos de esa tensión a la que nos hemos acostumbrado en las últimas elecciones en España.
ETA entra en campaña
Pero todo se torció el pasado lunes cuando la campaña, de pronto, se centró en ETA. Durante el debate electoral de El Diario Vasco, el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, se negó a calificar a ETA como una banda terrorista y evitó condenar a lo que él llamó "banda armada".
Pero no solo se quedó ahí. Ese mismo día, en una entrevista en la Cadena SER, la mecha prendió del todo. El periodista Aimar Bretos le preguntó al candidato si ETA fue un grupo terrorista. Pero Otxandiano lo tenía claro. Para él, "ETA fue un grupo armado". Bretos insistió, repreguntó y hasta hizo hincapié en que era una "cuestión importante", pero Otxandiano se iba por las ramas con tal de no calificar a ETA de 'banda terrorista'.
Diferentes partidos políticos salieron en tromba para criticar la 'no condena' de Otxandiano. Todos exigieron que reconociera a ETA como banda terrorista. Incluso el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, echó en cara al candidato abertzale que "llamara a las cosas por su nombre".
Tras estas declaraciones, Otxandiano pidió perdón a las víctimas, asegurando que siente un "respeto absoluto" por todas ellas, pero una vez más, se negó a reconocerla como "banda terrorista".
Esta polémica sacó a relucir la postura de EH Bildu respecto a ETA y las veces en las que diferentes dirigentes de la formación se han resistido a "condenar" su violencia: utilizan la palabra "rechazar", hablan de víctimas en general y evitan reconocer que es una "banda terrorista".
Si la campaña ya había subido de decibelios, la agresión al candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, quien fue atacado el pasado martes con gas pimienta a su salida de un mitin, elevó aún más la tensión.
PSE y EH Bildu chocan por la independencia de Euskadi
Durante el debate electoral de EiTB de este pasado martes la única persona que pronunció la palabra ETA fue la candidata de Vox, Amaia Martínez. "Mal vamos si la sociedad de futuro que queremos es esta porque hay que recordar que la gente que está en casa recuerda el horror y el sufrimiento que causó ETA", le espetó al candidato de EH Bildu.
El único momento de tensión lo protagonizaron el candidato socialista y el abertzale, que se enzarzaron por el modelo de autogobierno y la posibilidad de decidir una independencia en Euskadi. El candidato socialista, Eneko Andueza, se mostró muy duro con el candidato de EH Bildu, a quien le preguntó si "quiere iniciar el mismo proceso que se inició en Cataluña de mano de sus amigos de ERC y Junts". Además, descartó apoyarles si ganan los comicios vascos.
Posibles pactos tras el 21A
Todas las encuestas apuntan que las formaciones deberán medir fuerzas y llegar a acuerdos para constituir el nuevo Gobierno vasco. Y no solo eso: varios partidos podrían tener la llave de la Lehendakaritza.
Por un lado, según apuntan las encuestas, se podría reeditar un gobierno entre el PNV y el PSE-EE. A pesar de que ambos candidatos han sido precabidos y no han confirmado que reeditarían ese pacto, todo apunta a que podrían llegar a un acuerdo. Desde 2016 ha habido un gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. Además, esa buena relación se ha extinguido a todo el territorio vasco, donde comparten alcaldías.
Existe otro posible escenario en el que, además de los socialistas, los populares también tengan la llave del gobierno. En el caso en el que el PNV y el PSE no consigan mayoría suficiente para gobernar, el PP podría apoyarles para evitar que EH Bildu llegue a la Lehendakaritza.
Aunque la mayoría de las encuestas le dan los mismos diputados al PNV y EH Bildu o dejan en el aire la posibilidad de que sea la izquierda abertzale el partido más votado del 21A, ganar las elecciones no le garantiza que consiga gobernar. Durante la campaña electoral, el PSE ha asegurado en numerosas ocasiones que no dejará gobernar a EH Bildu en Euskadi, pero la relación que tiene el partido con los socialistas en el Congreso de los diputados deja en el aire la decisión final del PSE tras el 21A, aunque en varias ocasiones los socialistas han descartado que eso vaya a ocurrir.
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Por otro lado, en varias ocasiones el partido abertzale ha abierto la puerta para llegar a un acuerdo con el PNV, quien ha rechazado que eso fuera a ocurrir. Incluso el propio Arnaldo Otegi, líder de EH Bildu, propuso al PNV una alianza. De hecho, según una encuesta de EITB Focus, el 22% de los vascos prefiere un pacto de gobierno PNV-EH Bildu y el 19%, uno de PNV-PSOE.
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