El bloque progresista ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio en Cataluña, según han arrojado las urnas con el 100% del voto escrutado. En concreto, el PSC se ha impuesto al resto de formaciones al conseguir 19 diputados, mejorando sus resultados frente a los cosechados en 2019, cuando obtuvo 12. En segunda posición ha quedado Sumar, haciéndose con siete diputados.
En contraposición, las formaciones independentistas han perdido gran fuerza, según han constatado los electores catalanes. Esquerra Republicana se ha situado en tercera posición con siete escaños, eso sí, después de haber perdido seis de los 13 que lograron en las anteriores elecciones. Le sigue Junts per Catalunya, también con siete diputados (en su caso, su caída es más leve, al perder tan solo uno frente a 2019).
En cuarta posición, el Partido Popular. Aunque es cierto que los populares han mejorado notablemente sus resultados (pasan de dos en los anteriores comicios a seis en este 23J), siguen sin obtener gran protagonismo en Cataluña; tampoco Vox, que se sitúa como quinta fuerza política manteniendo los mismos dos diputados que logró en 2019. Finalmente, el último dato a destacar de las elecciones generales en Cataluña es que la CUP se queda sin representación en el Congreso de los Diputados al perder los dos escaños que mantenía desde el 10N.
¿Olvida Cataluña a los independentistas?
Las estimaciones que da el CIS para el voto catalán sorprende, y mucho, si se comparan con los resultados cosechados por todas las formaciones en Cataluña en las elecciones generales celebradas a lo largo de la historia de la democracia; un histórico que arrancó muy favorable al PSOE, vencedor en la suma de votos de las cuatro provincias en el año 82 ante una debilitada CiU y una desaparecida Esquerra. Una tendencia que se mantuvo en 1986, en 1989, en 1993 e incluso en 1996, si bien en los comicios de este año ya se observa una mejora en las posiciones del independentismo conservador, de la mano de CiU.
En el 2000, aunque continúa el liderazgo socialista, sí se observa un aumento de las fuerzas conservadoras, con CiU consolidada como segunda fuerza y PP mejorando sus resultados. Pero se da la vuelta a la tortilla en las elecciones de 2004, año en el que los comicios dejaron otra nueva victoria del PSOE, pero también una irrupción con fuerza de ERC en el Congreso de los Diputados, aunque en las siguientes elecciones generales, las de 2008, sufrirá un serio batacazo en detrimento de un aumento de los apoyos dirigidos al PSOE.
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Es en 2011 cuando CiU logra superar en apoyos al PSOE en Cataluña (solo en Barcelona el PSC se mantuvo por encima en votos y escaños) y da una nueva vida al movimiento independentista en Cataluña, si bien este éxito coincide con una coyuntura política excepcional como fue la irrupción de la llamada 'nueva política'. En 2015, En Comú Podem arrasa y ERC pega un subidón importante en número de apoyos y escaños que se repetirá en la repetición de elecciones en 2016, pero no en 2019, donde ERC acaba siendo el gran vencedor al sumar hasta 13 diputados, si bien no consigue ser primera fuerza política en Barcelona, donde se impuso el PSOE.
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