Para Carmen López, Learning Design Specialist en Vodafone, trabajar en su empresa es hacerlo con libertad ya que nadie le juzga por su orientación sexual: "Es que aquí no me he tenido que plantear qué voy a decir, sino que desde el primer día, el entorno que me he encontrado me ha facilitado que no me lo tenga que pensar".
Su caso no es todavía lo más habitual: de hecho, el 60% de los trabajadores del colectivo LGTBI no se atreve a comunicarlo por temor y casi el 45% de los trabajadores LGTBI se han sentido excluidos alguna vez en su entorno laboral.
Para acabar con situaciones así, la compañía de Carmen ha adoptado medidas 100% inclusivas: "Hemos habilitado, por ejemplo, baños para el colectivo trans. Es una realidad que a veces tienen determinadas necesidades que no pueden ser cubiertas solamente con el formato estándar" explica Remedios Orrantia, directora de RRHH e Inmiebles de Vodafone.
Precisamente el colectivo trans es uno de los más perjudicados en este ámbito y así lo cuenta Amanda Azañón, ingeniera prejubilada: "Había alcanzado 47 años y dije, o ahora o nunca". Ella llevó a cabo su transición mientras trabajaba y a pesar de que su empresa no puso ningún problema, reconoce que su colectivo sigue discriminado: "El evaluador va a tener una serie de candidatos, solo uno transexual y lo que se le va a venir a la cabeza es: a esta persona la quito y me quito un marrón de encima".
Los expertos en Recursos Humanos recomiendan tomar medidas, incluso, desde la selección de los trabajadores: "En el curriculum no tiene que haber nunca más ni mención del sexo ni mención de la tendencia sexual. Y por su puesto de si uno está casado, no casado ni de con quién está casado" defiende Euprepio Padula, experto en liderazgo.
En la consultora en la que trabaja Ángela Flores han elaborado un decálogo de buenas prácticas para que las empresas sean inclusivas: "Lo que hacemos ver es que las personas LGTB no tienen ninguna característica que dificulte sus trabajos ".
Por eso, exigen políticas de empresa basadas no solo en la tolerancia ni en la aceptación, sino, mejor, en el respeto y en el apoyo a quienes aún hoy no se sienten integrados.