Las personas que se acercan a Doña Manolita a comprar su décimo de Lotería de Navidad son los que baten récord de paciencia. En hora punta llegan a estar más de tres horas en la cola, que en muchas ocasiones llega a rodear la manzana completa. Pero ¿por qué Doña Manolita? laSexta ha preguntado a personas de todos los puntos de España. Las respuestas: por tradición, por ilusión o porque, directamente, tienen muy claro que este año el Gordo caerá allí.

Y es que la Administración de Doña Manolita tiene más de 100 años de historia y es la que más suerte ha repartido. ¿Cuáles son las terminaciones que más pide la gente? El 155, el 7, el 13 o, incluso, nuestro favorito: el 6. Barcelona es la segunda ciudad española donde ha tocado más veces el Gordo de la Lotería de Navidad. Hasta en 40 ocasiones ha caído allí, y una de las administraciones que ha vendido más veces ese Gordo de Navidad es la Administración Valdés, situada en pleno centro. El número más demandado en Barcelona este año es el 155.

Colas para comparar un boleto de Lotería de Navidad en Doña Manolita

Los cambios en los hábitos de consumo y las compras por Internet afectan a la Lotería en Bilbao. La Administración de Bidebarrieta ha puesto en marcha una aplicación en la que el cliente puede consultar en tiempo real si tienen un billete en concreto y, si es así, hacer el pedido. De esta forma se ahorra tiempo y se evita el aluvión de llamadas telefónicas a los loteros.

Además, la Lotería de Navidad es también un atractivo para el turismo. Según un estudio, los extranjeros gastan de media 67 euros en el Gordo. En una administración de Dénia han querido sacarle provecho a eso, y también a su producto estrella: la gamba. Allí se venden muchos décimos con la combinación de números del 6 y el 9, cuya forma conjunta se asemeja al preciado marisco.

Consejos para compartir lotería

En Sevilla, la Administración de El Gato Negro ha acabado por convertirse en la más famosa de toda la ciudad. Se llama así porque está situada en el número 13 de la Avenida de la Constitución, y cuenta con una reseñable curiosidad: todo aquel que compra un décimo tiene que pasarlo después por el mosaico de un gato para tener un poco de más suerte. Allí ha tocado el Gordo 16 veces, y Sevilla solo espera que este año sea el próximo.