María José y Agustín han
repartido cuatro millones de euros, abrieron la administración hace solo cuatro meses
y ya han traído la suerte al barrio. Ellos se han quedado con un décimo y el
resto ha ido para sus vecinos, entre los que está José, el dueño del bar de al
lado y Matías, que se lleva El Gordo de los gordos con tres décimos.
Una madre y sus hijas
han llegado a la administración sorprendidas e incrédulas ante la sorpresa: "Una
alegría inmesa, mi marido toda la vida jugando con el 13 y no le ha tocado
nunca, se ha muerto el pobrecito y no le ha tocado, y morirse y me ha tocado a
mí".
Gran parte de los décimos agraciados han ido a parar a una residencia muy cerca de la administración. A Pepa le ha pillado durmiendo: "Me quiero comprar un traje moderno de chaqueta pantalón". La felicidad ha estado repartida entre ancianos y trabajadores.