Como todos los años, el sorteo de la Lotería de Navidad ofrece momentos divertidos y anécdotas memorables. Las medidas de seguridad que se imponen este año por culpa de la Covidhan cambiado el panorama, y hemos podido ver, por ejemplo, la multitud de disfraces y atuendos originales con los que acuden los aficionados a la lotería que quieren presenciarla como público.
Esta ocasión, con el Teatro Real vacío, el único público que se ha acercado al lugar de celebración del sorteo ha sido Manoli, la mujer 'bombo', que además ha tenido la buena fortuna de llevar uno de los quintos premios que han cantado los niños y niñas de San Ildefonso.
Un segundo quinto premio, el 37023, que ha madrugado mucho y ha salido casi seguido al primero, el 86986. En ese momento, Manoli nos mostraba su alegría por el premio, pero aún conservaba la esperanza de pillar el premio mayor: "¡Sí, aquí lo tengo, qué alegría!, pero espero El Gordo ¿eh? Espero El Gordo".
La alegría de llevarse el Gordo
Por supuesto, lo mejor de este día es ver las caras de alegría de los premiados, sobre todo los que se llevan el Gordo, premiado con 400.000 euros al décimos.
Y para alegría descomunal la que han expresado los empleados de una empresa de fabricación de piezas para automoción en Reus, a los que los he tocado el Gordo. Toda la plantilla llevaba un décimo y uno de ellos revelaba a la Sexta su alegría e incredulidad por el momento: "¡No me lo creo!" era todo lo que alcanzaba a decir uno de los empleados.
Eso sí, la alegría se ha desbordado en alguna ocasión, y en una administración de Granada, que ha repartido nada menos que 80 millones de euros gracias al 72897, ha tenido que intervenir la policía para cortar el acceso a la calle y evitar así aglomeraciones.
El Gordo de este año, muy repartido, ha caído en los municipios de Punta Umbría (Huelva), Reus (Tarragona), Granada, Madrid, Boñar (León), O Grove (Pontevedra), Bilbao (Vizcaya), Granadilla de Abona (Santa Cruz de Tenerife), Jávea (Alicante), Cáceres, El Puerto de Santamaría (Cádiz), Córdoba, Haría (Las Palmas), Madrid, San Pedro del Pinatar (Murcia), Vigo (Pontevedra), O Porriño (Pontevedra), Salamanca, Bonavista (Tarragona), Oliva (Valencia), Alfara del Patriarca (Valencia) y Zamora.
Otros afortunados han sido Juan y su mujer, de origen chino, que regentan el bar 2 Culturas de Zaragoza, y que han repartido entre sus clientes el primer quinto premio que ha salido.
La manivela atascada
Otra de las anécdota de la jornada que no podía faltar es la polémica de todos los años con alguna bola escurridiza o sospechosa. Pero nada más lejos de la realidad: como vemos en el vídeo superior, en el momento de volcar las bolas en el bombo se ha apreciado una pieza blanca en el suelo, que ha hecho pensar que podía ser una bola caída, pero no lo era.
Las alarmas han saltado también cuando hemos visto cómo dos bolas salían a la vez, y cómo el supervisor indicaba a Judith que cogiese cualquiera de ellas. Y no caben sospechas, el protocolo manda que, si caen dos bolas, sea la mano inocente del niño o la niña la que elija la bola.
Otra de las protagonistas de la jornada ha sido la manivela del bombo grande, el de los números, que se ha atascado en más de una ocasión y le ha costado sacar algún que otro número.
Una escena divertida la han protagonizado los hermanos Samuel y Alonso Dávalos: a Samuel le ha costado un poco coger el ritmo de los números, que ha resuelto rápido, pero no ha evitado sacar un poco de quicio a su hermano, que ha hecho un gesto de desesperación.
Por supuesto, a lo largo de la mañana no han faltado en las redes sociales los consecuentes memes, que dan un toque de humor a una jornada de Lotería de Navidad más rara de lo habitual.
¿Cuándo fue el primer Sorteo de la Lotería de Navidad?
Hay que remontarse al año 1812 para dar con el primer Sorteo de la Lotería de Navidad. En aquel entonces, el precio del décimo era de 40 reales, mientras que el Gordo tenía un premio de 8.000 pesos fuertes, tal y como recoge la página web de Loterías y Apuestas del Estado. El evento se celebró un 18 de diciembre en Cádiz, y el número que se hizo con el primer premio fue el 03604. No es de extrañar que saliera un número tan bajo, debido a que en 1832, por ejemplo, solo se emitieron 12.000 números.
En sus más de 200 años de vida, el sorteo de Navidad ha presentado innumerables cambios, partiendo desde su mismo nombre: hasta 1892 el sorteo era conocido como la 'Lotería Moderna' (posteriormente pasó a llamarse Sorteo de Navidad, un título que se incorporó por primera vez en los décimos en el año 1897, según recoge la web oficial). Al igual que su nombre, la fecha de su celebración también ha variado con los años, pues en 1892 el sorteo se celebró un 23 de diciembre.
A estos datos se le añaden otros tantos curiosos: las bolas de madera de las que se extraen los números ganadores no se comenzaron a utilizar hasta 1813. Los famosos bombos, en cambio, no aparecieron en escena hasta el año 1850. Además, no fue hasta 1957 cuando se emitió por primera vez en televisión.
Junto con eso, uno de los puntos de la Lotería de Navidad que más sujeto ha estado a cambios es el de la localización. El sorteo de la Lotería se ha celebrado en diferentes ubicaciones, la mayoría de ellas en Madrid (aunque ni en esta ciudad ha mantenido una localización fija): En 1847 el sorteo se celebró en la la Dirección General de Loterías, ubicada en el Palacio de los Consejos de Madrid. En los años siguientes, pasó por distintos emplazamientos, hasta localizarse en 1932, durante la II República, en la calle Montalbán. En esta sede se realizó el sorteo hasta su traslado a la calle Guzmán el Bueno en 1963, coincidiendo con el bicentenario de la Lotería Nacional.
En 2010 se cambió al Palacio de Congresos y, finalmente, en 2012, el Teatro Real se convirtió en la nueva sede, según recoge la web de Turismo de Madrid. Desde entonces, todos los sorteos se han celebrado ahí, igual que el que hemos vivido este año.
Polémica en la Lotería
Habla una mujer con un décimo de Lotería de Navidad que fue cantado, pero no premiado: "No sabíamos qué estaba pasando"
Tania se dio cuenta de que el décimo que habían escuchado cantar a un niño de San Ildefonso no se encontraba reflejado como premiado por la Administración. "Volvimos a casa, vimos la pedrea y en distintos periódicos vimos que estaba premiado", recuerda.