Antonio López ha vivido una pesadilla. El vendedor de la ONCE ha perdido 1.640 euros en décimos en el recorrido que hace cada día desde la cafetería en la que se toma el primer café y su esquina de venta.
"Me dio por mirar y dije 'coño, no los tengo'", cuenta a laSexta. Cuando fue a buscarlos, ya no estaban. "Me entraron los siete males, una llorona de cuidado", lamenta.
Todos los días reparte cupones en la misma esquina, pero los que se les han caído son 164 cupones del sorteo extraordinario del 1 de enero, el más caro de todos, con un precio de 10 euros el décimo.
Si esos décimos no aparecen, tendrá que pagar esos casi 1.700 euros de su propio bolsillo. "No puedo pagarlo, el dinero va para comer", confiesa. Por el momento, ya se han colgado carteles y el barrio está en vilo. Antonio, acostumbrado a repartir suerte, cree en la buena gente.