Los seguros de automóvil llevan siendo obligatorios muchos años en nuestro país. Son los encargados de reponer los daños causados por un accidente de tráfico, por ciertas condiciones meteorológicas o, simplemente, solucionar problemas administrativos asociados al uso de un vehículo.
Sin embargo, pese a que son obligatorios por ley y que sus coberturas pueden ser casi infinitas (sobre todo en casos de seguros a todo riesgo) no siempre van a cubrirte. VER VÍDEO.
Aquí tienes cuatro casos en los que no lo harán:
1. Consumo de alcohol
Si has tenido un incidente vial y se descubre que lo tuviste bajo la influencia del alcohol, tu seguro no cubrirá los daños causados. En realidad sí que los cubrirá, pero posteriormente te reclamará a ti todos los gastos, por lo que, en la práctica, serás tú el que tenga que hacerse cargo de todos los gastos ocasionados, ya sean 100€ o 100.000€.
2. Consumo de medicamentos
Algunos medicamentos pueden alterar gravemente las capacidades de conducción. De ahí que a la hora de conducir sólo se puedan consumir fármacos especialmente prescritos por facultativos, ya que, dependiendo de la compañía, puede que no obtengas ninguna cobertura en caso de accidente.
3. Alteraciones en el vehículo
Si modificas tu vehículo e introduces algún componente no legal o no homologado puede que el seguro, en caso de accidente, te 'busque las vueltas' y te quedes sin ninguna cobertura. Es el caso por ejemplo de volantes o asientos de competición, así como sistemas de escape poco restrictivos.
4. Consumo de drogas
El consumo de drogas se ha convertido también en auténtico lastre: en los últimos años se ha multiplicado la cantidad de conductores que han sido detectados conduciendo bajo los efectos de ciertas drogas. El supuesto es el mismo que en el alcohol: en caso de accidente la compañía aseguradora repondrá todo lo dañado, pero posteriormente te reclamará a ti el importe.