Un avión de 56 toneladas contra un dron de menos de un kilo de peso. ¿Quién gana? En esta batalla, lo que menos importa es el tamaño. Un dron puede causar verdaderos estragos en la estructura de un avión comercial.
Cada vez hay más drones, y los ingenieros aeronáuticos creen que es muy probable que un avión acabe chocando con uno de estos pequeños. Por eso, ya se están realizando los primeros 'crash tests' entre aviones y drones. Porque hay algunos que ya han estado demasiado cerca de una de estas moles con alas.
Este test se diseñó teniendo en mente la colisión a 380 kilómetros por hora, pero un avión comercial o uno de combate, van muchísimo más rápido. Superan los 1.000 kilómetros por hora. Los resultados del test fueron sorprendentes porque, al contrario de lo que muchos ingenieros pensaron, el dron no se rompe en el impacto, sino que penetra en el fuselaje del ala.
Hasta ahora, la única amenaza de los aviones eran las aves. Pero el resultado del choque con una de ellas es diferente. Hicieron otra simulación con un objeto blando simulando un ave. El daño es más superficial. No afecta tanto a la estructura interna del avión como el choque con un dron. Este resultado les ha hecho reconsiderar muchas cosas.
Publicado en 'Science'
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Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.