La nave china que ha llegado a la Luna, 'Chang'e 4' transportaba un pequeño habitáculo que pretendía crear una pequeña biosfera en la luna.
Para ello, la nave espacial había trasladado de la Tierra semillas de algodón, colza, patatas, una planta denominada arabidpsis y algunas levaduras, con lo que pretendían así estudiar si es posible el desarrollo de estos seres vivos mientras son sometidos a algunas de las condiciones de la Luna.
Con todos los elementos necesarios, los investigadores crearon un pequeño habitáculo que deja pasar la luz solar, mantiene una temperatura media y provee a los organismos de nutrientes y agua, además de aislarlos del suelo lunar, que es tóxico. Gracias a ello, uno de los tallos ya ha brotado, y lo ha hecho de la forma habitual en la Tierra.
La escasa gravedad podría ser un elemento fundamental para que el brote de algodón no pudiera desarrollarse correctamente: gracias a ella, las raíces crecen hacia abajo y el brote hacia arriba, por lo que si hubiera una carencia de sus facultades, la planta podría crecer desorientada en un enredo de tallo y raíz.
Los cambios extremadamente bruscos de temperatura en la Luna es otro de los condicionantes; pueden albergar desde los 100ºC por el día y los -100ºC por la noche, pero para ello los investigadores diseñaron un recipiente que permite la entrada de luz solar y mantiene una temperatura constante entre 1ºC y 30ºC.
Además, la carencia de atmósfera protectora en la Luna produce que contenga altos niveles de radiación, lo que propicia unas condiciones de desarrollo muy diferentes a las que estos organismos experimentan en la Tierra.
A pesar de que uno de los cultivos ya ha brotado, el resto no ha experimentado ningún atisbo de vida. Ahora, los científicos deberán observar el comportamiento del tallo, ya que, a grandes rasgos, podría incluso consumirse, aunque los especialistas alertan de que aún tiene una biología desconocida, ya que podrían producir metabolitos que las volvieran tóxicas.
Aunque sí es la primera vez que un cultivo se desarrolla en la Luna, no es pionero que lo haga en el espacio. En el año 2016, un grupo de científicos cultivó una lechuga en la Estación Espacial Internacional; también consiguieron que florecieran zinnias e hicieron crecer guisantes y trigo.
El experimento es el primero de estas características realizado con éxito en la Luna y supone un gran avance para el estudio de la vida fuera de la Tierra: si el ser humano desea expandirse deberá hacerlo junto a los elementos que necesita para la vida, y los cultivos forman parte de ese conjunto.
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