Astrónomos liderados por la Swinburne University of Technology y la Universidad Nacional de Australia (ANU) se sirvieron para el hallazgo del espectrógrafo de campo integral infrarrojo cercano (NIFS) en el telescopio Gemini North en Hawaii, para verificar la naturaleza vintage y espiral de esta galaxia.
Aprovecharon además el efecto de las lentes gravitacionales, los telescopios más grandes de la naturaleza, creados por cúmulos masivos compuestos de miles de galaxias y materia oscura. El cúmulo dobla y magnifica la luz de las galaxias que quedan detrás de manera similar a una lente ordinaria, pero en una escala mucho más grande.
"Esta técnica nos permite estudiar galaxias antiguas en alta resolución con detalles sin precedentes", dice el astrónomo de Swinburne Tiantian Yuan, quien dirigió el equipo de investigación. "Podemos mirar 11.000 millones de años atrás en el tiempo y ser testigos directos de la formación de los primeros y primitivos brazos espirales de una galaxia", asegura.
El coautor Renyue Cen de la Universidad de Princeton, dice: "Estudiar espirales antiguas como A1689B11 es la clave para descubrir el misterio de cómo y cuándo surge la secuencia de Hubble. "Las galaxias espirales son excepcionalmente raras en el universo temprano, y este descubrimiento abre la puerta a la investigación de cómo las galaxias pasan de discos turbulentos y muy caóticos a discos estables y delgados como los de nuestra galaxia Vía Láctea".
Esta galaxia está formando estrellas 20 veces más rápido que las galaxias de hoy, tan rápido como otras galaxias jóvenes de masas similares en el universo temprano. Sin embargo, a diferencia de otras galaxias de la misma época, A1689B11 tiene un disco muy frío y delgado, girando tranquilamente con una sorprendente pequeña turbulencia. Este tipo de galaxia espiral nunca se había visto antes en esta época temprana del universo, explica Yuan.
Publicado en 'Science'
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Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.