A partir de ahora, cuando compres algo por Internet o des cualquier dato personal deberás firmar una especie de contrato; algo como las condiciones de uso y privacidad de cada empresa. Aquí surgen las primevaras dudas: cada vez que des tus datos, ¿deben enseñarte esta política de privacidad?
La respuesta es 'sí': es obligatorio, como en cualquier contrato. Pero la novedad es que, a partir de su entrada en vigor, deberá ser fácil de entender. Ya no vale un complicadísimo texto con letra diminuta. Aquí viene la clave: ¿Tenemos que dar nuestro consentimiento a esas condiciones de privacidad?
Sí, pero de forma explícita. Es decir, a partir de ahora deben pedirte que marques una casilla aceptando. Si ya lo hiciste en su día, puede que no vuelvan a pedírtelo. Pero ¿qué pasa si no das ese consentimiento explícito? Pues que la empresa debe borrar tus datos. O sea que atento a los mails que te están llegando estos días. Si pasas de ellos te darán de baja en algunas bases de datos.
Además, si el día de mañana te arrepientes puedes exigir que borren tus datos en cualquier momento. Por cierto: si aún hoy sigues recibiendo estos emails es porque muchas empresas no han llegado a tiempo. Europa tendrá algo de manga ancha con ellos.