Las Delta Acuáridas ya se han dejado ver en su máximo esplendor. En las noches del 28 hasta el 30 de julio podremos observar hasta 20 meteoritos por hora en el cielo, 25 aquellos que se encuentren en los países más australes.
Pero si esos días no vas a poder sentarte a mirar las estrellas no te preocupes, las Delta Acuáridas cruzarán el cielo hasta el 23 de agosto; eso sí, con menor intensidad y frecuencia.
Este año la visibilidad de esta lluvia de estrellas será excepcional, incluso mejor que la de las populares Perseidas. Las Acuáridas coincidirán en su momento de máximo apogeo con la Luna en fase nueva: con el cielo prácticamente oscuro, su observación será más fácil. Por el contrario, las Perseidas coincidirán con la Luna llena y su visibilidad será menor que la de otros años.
Para verlas tan solo necesitas un lugar oscuro y lo más despejado posible para que nada te obstaculice la vista. Tampoco es necesario disponer de prismáticos o cualquier otro aparato óptico, ya que pueden verse a simple vista. La visión de esta lluvia de estrellas será mejor en el hemisferio sur del planeta, aunque también podrá observarse desde el hemisferio austral.
El nombre de estas estrellas hace referencia a la Constelación de Acuario, aunque su origen no está confirmado. Podemos reconocer a las Delta Acuáridas por las colas que dejan tras de sí, que en algunos casos pueden incluso permanecer ardiendo segundos después de que la estrella haya desaparecido.
Los meteoros que observamos provienen del cometa 96p-Machholz y viajan a gran velocidad por el espacio, a unos 15.000 kilómetros por hora. Con esa velocidad, al entrar en contacto con nuestra atmósfera es cuando se incendian iluminando el cielo.
El verano es una buena época para disfrutar de este tipo de acontecimientos astronómicos. Recientemente hemos podido apreciar, por ejemplo, la oposición de Saturno o un eclipse parcial de Luna.
¿Cómo se originan las lluvias de estrellas?
Aunque les conocemos popularmente como "lluvia de estrellas", lo que vemos en realidad son meteoritos. En el espacio se encuentran cometas, meteoritos y otros muchos objetos astronómicos. Estos, al acercarse al interior del Sistema Solar se activan por el viento de este astro.
De esta forma, los gases y otros materiales que componen estos objetos astronómicos salen hacia el espacio formando una corriente o anillo de partículas conocida como "enjambre de meteoros".
Si el objeto del que provienen estos gases es un meteorito, se conoce a ese enjambre como estrella fugaz. Sin embargo, no todos los enjambres son iguales. La mayoría de partículas que entran en contacto con la atmósfera de la Tierra son muy pequeñas, por lo que se desintegran rápidamente, a unos 100 kilómetros de altura. Esto provoca que su efecto sea más limitado y apenas notable.
Sin embargo, hay otras partículas de mayor tamaño que se desintegran mucho más próximas a la Tierra, a entre 15 y 50 kilómetros de altura. Estas partículas son las más visibles, con unos destellos luminosos más destacados.
Hay tres elementos que hacen reconocibles las lluvias de estrellas. Por un lado, el radiante. Este término hace referencia al punto del cual parecen salir los meteoros que conforman la lluvia. Para mediar el radiante se utilizan las coordenadas Alfa y Delta.
El segundo elemento distintivo es el índice poblacional, es decir, la relación del brillo entre los miembros que conforman un enjambre de meteoros. Por último, la Tasa Horaria Zenital (THZ) es el número máximo de meteoros que se podrían ver con unas circunstancias determinadas (cielo despejado, sin Luna llena ni contaminación lumínica).
¿Cuáles son las principales lluvias de estrellas?
Innumerables enjambres de estrellas fugaces cruzan el cielo durante todo el año. Algunas de las más conocidas son las siguientes:
Cuadrántidas: son las primeras del año, con un periodo de actividad que va desde el 1 hasta el 5 de enero. Se trata de una de las lluvias más activas del año, ya que tiene una Tasa Horaria Zenital de 120 meteoros por hora.
Liríadas: pueden verse entre el 16 y el 25 de abril y su THZ es mucho más baja (18 meteoros)
Perséidas: las también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo tienen su máxima actividad en torno al 12 de agosto y una THZ de unos 100 meteoros/hora.
Dracónidas: en ocasiones también se habla de ellas como Giacobínidas. Pueden observarse los primeros días de octubre.
Oriónidas: su periodo de actividad es similar al de las Dracónidas y su Tasa Horaria Zenital es de 23 meteoros por hora.
Leónidas: es una lluvia que puede observarse a mediados de noviembre, con una actividad máxima cada 33 años y una THZ de 20 meteoros/hora.
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Gemínidas: la última lluvia de estrellas del año se extiende del 7 al 17 de diciembre, con una Tasa Horaria Zenital de 120 meteoros por hora.
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