Astrónomos han descubierto un espectacular sistema estelar en la Vía Láctea envuelto en una nube de polvo en espiral, formado por un sistema de estrellas binarias Wolf-Rayet y una estrella compañera unidas por la gravedad.
El hallazgo, que supondría el primer sistema de este tipo que se descubre en la galaxia, se publica en 'Nature Astronomy', y podría suponer el descubrimiento de la primera fuente de ráfagas de rayos gamma de larga duración (GRB) en la Vía Láctea.
Las estrellas Wolf-Rayet se encuentran entre las estrellas más calientes del Universo, lanzan poderosos vientos de gas caliente y representan la última etapa en la evolución de las estrellas más masivas antes de explotar como una supernova. Ubicado a unos 8.000 años luz de distancia, unos 500 millones de veces más lejos que el Sol, el sistema está rodeado por una gigantesca nube de polvo. La colisión entre los vientos de las dos estrellas puede formar polvo, que adopta elegantes formas de molinete en espiral mientras las estrellas se mueven en órbita.
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) en Chile y el Anglo-Australian Telescope (AAT) en Australia, el equipo descubrió que el sistema de estrellas, al que han denominado 'Apep' en honor a la deidad egipcia Apep, también llamada Apofis, está produciendo vientos hasta 100.000 veces más rápido que un huracán en la Tierra. Esta velocidad del viento es rutinaria para las estrellas Wolf-Rayet. Sin embargo, los investigadores descubrieron que la nube de polvo se está moviendo mucho más lentamente.
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Las diferentes velocidades del viento y el polvo sugieren que las estrellas Wolf-Rayet están arrojando gas más rápido en los polos y más lento en el ecuador, según el estudio, dirigido por el doctor Joseph Callingham del 'Instituto Holandés de Radioastronomía'. Estos vientos estelares son los que han creado los elaborados penachos que rodean el sistema.