Investigadores del Instituto Hospital del Mar Investigaciones Médicas (IMIM) han descubierto que un fármaco, que se iba a retirar del mercado porque apenas se utilizaba, frena el crecimiento tumoral y evita la progresión del cáncer de vejiga metastático en pacientes que no responden a los tratamientos habituales.
El estudio, que ha contado con la participación de doctores del Hospital del Mar, ha demostrado la eficacia del fármaco TAK-228, que actúa como inhibidor de una proteína clave en el desarrollo y la progresión de los tumores, la mTORC1/2. El autor principal del estudio y director del IMIM, el doctor Joaquim Bellmunt, ha asegurado que los buenos resultados obtenidos con la utilización de este fármaco han sido "una gran sorpresa", porque la farmacéutica japonesa que lo elabora, Takeda, iba a dejar de comercializarlo.
El doctor Bellmunt ha explicado que a raíz de la respuesta positiva de los pacientes, la farmacéutica "trabajará ahora para sacar adelante el fármaco" y ayudar a futuros enfermos de cáncer. Los investigadores han diseñado un ensayo clínico, que todavía está en curso, en el que se ha evaluado el medicamento en siete pacientes diferentes, de los cuales cuatro han mostrado respuesta positiva al fármaco.
Los doctores han descartado la obtención de resultados positivos en un grupo de enfermos que no respondían a ningún tratamiento habitual, incluida la inmunoterapia. "El fármaco que hemos estudiado se puede convertir en una segunda diana terapéutica potencial en pacientes con cáncer de vejiga, porque no es quimioterapia, ni radioterapia, ni un inmunoterapia, pero puede atacar alteraciones genéticas específicas que se encuentran en los tumores", añade Bellmunt.
Los investigadores también han detectado que el TAK-228 es más efectivo en un subgrupo de tumores con una mutación genética característica, que está en el 10% de los casos. Además, los resultados beneficiosos de este fármaco ya habían sido probados previamente en pacientes con cáncer de pulmón de tipo escamoso, ha detallado el doctor.
La presencia de estas alteraciones genéticas concretas abre la puerta a que se puedan utilizar en un futuro como diana terapeutica. "Descubrir que este inhibidor tiene un mecanismo de acción nuevo, más allá de inhibir esta vía, es decir, que es activo contra una diana molecular, abre unas expectativas más allá de las esperadas", especifica Bellmunt.
Según el especialista, Estados Unidos es el único país en el que está aprobado un tratamiento contra una diana molecular en cáncer de vejiga. Antes del ensayo clínico en pacientes, los investigadores analizaron en el laboratorio la efectividad del fármaco TAK-228 con pruebas en tejido fresco de tumores reales y líneas celulares de cáncer de vejiga cultivadas "in vitro" implantadas en ratones.
Los resultados del ensayo clínico con humanos, en el que también participan el Hospital de Sant Pau, el Hospital Parc Taulí de Sabadell, la Clínica Universitaria de Navarra y el Hospital General Universitario de Elche, han expuesto que el fármaco puede verse reforzado en combinación con otros tratamientos.
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El doctor ha recordado que el estudio está todavía "en una fase temprana", por lo que su compatibilidad con otros tratamientos y sus beneficios a largo plazo en la vida de los pacientes todavía no están evaluados. El cáncer de vejiga es el quinto más frecuente del mundo, está muy relacionado con el tabaquismo, que provoca entre el 70 y 75% de los casos y afecta a más hombres que mujeres. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), este tipo de cáncer provocó 4.620 muertes en toda España, de las cuales 821 se registraron en Cataluña.