Nos metemos en los ojos de Marta de la Torre, Delegada 'AGAF' para comprobar cómo es el día a día de una persona con glaucoma. Su visión se reduce a esto: "Lo que vamos perdiendo es campo visual, el campo visual es la visión periférica, veo lo que tengo justo enfrente de mí, pero nada de los laterales". El glaucoma es una afección del nervio óptico que reduce progresivamente el campo visual, y que puede provocar ceguera: "Todos los tratamientos, las cirugías, van orientados a evitar el progreso, nunca a curarse" explica Marta.
El caso más grave es el de Ignacio, tiene glaucoma congénito, una patología catalogada como 'enfermedad rara', que afecta a uno de cada 30.000 pacientes. A sus 43 años, lleva toda su vida lidiando con la enfermedad: "A partir del primer año de vida ya me lo detectaron, y luego por supuesto siempre, desde ese año que me lo detectaron, siempre con colirios." Unos colirios que ralentizan su desarrollo, pero no evitan la ceguera: "Yo abro los ojos por la mañana y digo, otro día igual, sin ver nada, hasta cuando, no lo sé".
Para prevenir el avance de la enfermedad, y por tanto la pérdida total de visión, es muy importante detectarla a tiempo con una prueba rápida e indolora: "Les pedimos que ponga la barbilla y la frente en un aparato, tienen que mirar al fondo del aparato que hay una figura de un globito, una casa, cada vez que tomamos una medida sale un chorrito de aire, en cuanto la detectan ponen tratamiento y toda la visión que se ha perdido ya no se puede recuperar" explica Amarena Delgado, óptico optometrista.