Parecía cosa de ciencia ficción, pero el coche volador está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. Lilium es una empresa que lleva desde 2015 desarrollando un taxi pensado para surcar los cielos; su último prototipo es eléctrico y capaz de superar los 100 kilómetros por hora.
Una máquina que, de comercializarse, obligaría a los gobiernos a replantearse el espacio aéreo: los atascos subirían al cielo de las ciudades, el tráfico de aviones tendría que repensarse... el futuro llega cargado de novedades, y todos querremos un pedazo de ellas. Sin embargo, los pájaros sufrirían las consecuencias, ya que afectaría a sus migraciones y el cielo pasaría a ser propiedad de las aeronaves.
Además, no se vive igual un accidente desde el cielo, sobre todo porque las probabilidades de sobrevivir son mucho más reducidas que en tierra. El coche volador tampoco sería apto para claustrofóbicos ya que, una vez arriba, la opción de salir del vehículo se vuelve complicada.
En 'Blade Runner' siempre es de noche, pero si fuese de día, la imagen del cielo sería algo más parecido a la imagen grisácea del skyline madrileño por culpa de la contaminación. La polución, ya de por sí elevada, subiría aún más. Aunque existen prototipos eléctricos como el taxi de Lilium, la electricidad no brota de la nada, hay que generarla, y no se hace necesariamente a través de métodos renovables. Un coche volador requiere de mucha energía y más de un motor, para poder elevarse.
Quizás, al menos de momento de momento, sería mejor dejar la idea del coche volador a guionistas y directores de cine.
Todo un hito
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