La inteligencia artificial (IA) al alcance de los usuarios sigue desarrollándose. OpenAI ha lanzado o1, una nueva versión de ChatGPT con mucha más destreza y que incluye modelos de razonamiento más avanzados, capaces de resolver problemas difíciles.

Esta versión o1, que se estrenó el 12 de septiembre para algunos usuarios, puede llevar a cabo tareas aún más complejas que los modelos anteriores, en especial en materias STEM (ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas).

En concreto, desde OpenAI destacan la alta capacidad de o1 en temas de ciencia, codificación y matemáticas y cómo genera flujos de trabajo complejos en programación.

Parece estar muy lejos ya aquella primera versión gratuita de ChatGPT, basado en el modelo GPT-3.5, y que solo accedía a fuentes de información anteriores a 2021. Sin embargo, a penas han pasado tres años y ya contamos con una IA capaz de mostrar un rendimiento comparable al de los estudiantes de doctorado al abordar tareas complejas.

Por ejemplo, o1 de OpenAI puede servir a los investigadores en el ámbito de la salud para analizar datos de secuenciación celular y obtener información detallada sobre el ADN de una célula. En física, puede ser útil para desarrollar fórmulas matemáticas complejas aplicadas, entre otras, a la óptica cuántica.

Esta nueva versión de ChatGPT es una buena noticia para quienes siguen de cerca el progreso de la IA, pero como ocurre con toda tecnología de vanguardia, tiene algunas limitaciones.

Principales novedades de o1 de OpenAI

Lo que o1 tiene de especial es, sobre todo, la forma en que se enfrenta a situaciones desafiantes. Gracias al entrenamiento de la IA, este modelo ha aprendido a reconocer errores y mejorar así sus respuestas, lo que le da una ventaja en tareas analíticas.

En concreto, el hecho de que en la versión o1 hayan puesto el énfasis en el "razonamiento" significa que la IA de o1 puede abordar problemas de varios pasos: los desglosa en partes más manejables para ser más preciso.

Es un proceso más reflexivo y deliberativo, bastante diferente de sus predecesores anteriores, que estaban más centrados en la generación de lenguaje y tareas de nivel superficial, como explican en la revista de análisis de tecnología Tom’sGuide.

Está claro que o1 tiene un mejor rendimiento en tareas específicas que las versiones anteriores. De hecho, hicieron que esta IA 'participara' en una Olimpiada Internacional de Matemáticas y logró un 83% de precisión en exámenes de clasificación. En comparación, GPT-4 solo alcanzó un 13%. O1 tiene un rendimiento a nivel de doctorado en física, química y biología.

Otra de las novedades de o1 es que ofrece una versión más pequeña, rápida y económica, optimizada para tareas de codificación: o1-mini.

Sus creadores afirman que tiene una mayor resistencia a los intentos de eludir las reglas de seguridad ("jailbreaking"). No en vano, aprovechan sus capacidades de razonamiento para mejorar su propia seguridad.

Estas novedades representan un avance significativo en las capacidades de razonamiento de la IA, aunque vienen acompañadas de algunos desafíos y desventajas para algunos usuarios.

Lo que no puede hacer el nuevo GPT (por ahora)

Está claro que o1 es incomparable en cuanto a razonamiento, pero está lejos de ser un reemplazo de GPT-4o para muchas situaciones del mundo real donde se ha convertido en casi un imprescindible.

En comparación con GPT-4o, que potencia la mayoría de las funcionalidades avanzadas de ChatGPT, el modelo o1 carece de muchas funciones clave. Por ejemplo, no puede navegar por internet, cargar archivos o procesar imágenes, todas ellas funciones valiosas para los usuarios.

OpenAI dice que actualizará los modelos o1 a medida que recopile comentarios. Esto, sin duda, incorporará nuevas funciones y mejorará otras que parecen necesarias.