En el gimnasio 'Brooklyn Fitboxing' cada golpe cuenta. La cadena recoge en un fondo el 1% de su facturación y el destino depende de la energía del usuario.
"Cuando terminan su sesión de entrenamiento eligen la ONG a la que quieren que vaya el dinero. Cuando terminan las votaciones, hacemos una donación en función de las votaciones", explica el director general, Pablo Nebrera.
En una aplicación móvil se acumulan los puntos que permiten a los usuarios votar a las asociaciones. Empiezan la clase a cero y, según su ejercicio, van sumando puntos.
Pero esto no solo se lleva a cabo en centros deportivos. Los bancos también nos permiten ayudar a través de sus aplicaciones. Es el caso del redondeo solidario.
"En cada compra que realiza el cliente se hace un redondeo al alza hasta un importe máximo. Ese dinero es el que se dona mensualmente a la Asociación Española Contra el Cáncer", apunta Laura Yturriaga, del departamento de Sostenibilidad de Banco Santander.
Si, por ejemplo, fijamos el límite un euro y hacemos una compra de 80 céntimos, los 20 restantes van directamente a la asociación.
También podemos colaborar donando nuestro tiempo a través de páginas web, como 'Hacesfalta.org', que buscan voluntarios para diferentes protectos. Una muestra de que la tecnología puede servir para ayudar a los demás.