Esta noche, a pocos minutos de las diez, 'rozará' la Tierra un asteroide de casi un kilómetro de diámetro: se trata del 7842, uno de los considerados potencialmente peligrosos.
"Produciría una devastación global, incluso podría acabar con la civilización", apunta Isabel Herreros, investigadora del Centro de Astrobiología.
Pero, tranquilidad, porque su cercanía a nuestro planeta será de dos millones de kilómetros de distancia. No supone, por tanto una amenaza, y son casi tres décadas las que la NASA lleva monitorizando este objeto espacial: en concreto, 28 años.
¿Cómo se vigilan? La NASA sigue la pista del 90% de los asteroides que son considerados potencialmente peligrosos. Pero, ¿qué hay del 10% de ellos que no se localizan? "En un momento determinado se les terminaría localizando", zanja la experta Herreros.
Es, por ejemplo, lo que sucedió en 2013 en Rusia, donde cayó un meteorito de 20 metros de diámetro, similar a un edificio de cinco plantas. Provocó un total de 571 personas heridas.
La NASA ha optado ahora por lanzar la llamada Operación DART: una misión 'suicida' en la que se intentará desviar a un asteroide que se encuentra a 11 millones de kilómetros de la tierra a través de una sonda que impactará contra su superficie. "Lo que queremos no es destruirlo, sino desviarlo", afirma Herreros, una de las participantes en el estudio, cuyos resultados se conocerán en septiembre de este año.
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