A partir de 2021, todos los vehículos que se vendan en Japón deberán ir equipados con un sistema automático de frenado, según ha anunciado el Gopierno nipón. El principal objetivo de esta nueva norma es evitar el creciente número de accidentes de tráfico causados por conductores de edad avanzada.
La medida afectará a todos los vehículos nuevos manufacturados en Japón y comercializados a partir de noviembre de 2021, mientras que para los automóviles importados por fabricantes extranjeros se hará efectiva desde junio de 2024, de acuerdo con el Ministerio de Transporte, Infraestructura y Turismo.
También los vehículos adquiridos antes de esas fechas tendrán que incorporar sistemas de frenado automático, aunque para estos propietarios las autoridades niponas extenderán el plazo hasta finales de 2025, en el caso de automóviles de fabricación nacional, y hasta mediados de 2026 para los extranjeros.
En el país asiático, los accidentes causados por conductores de edad avanzada "son un problema urgente que debe ser afrontado movilizando todas las medidas posibles", según expuso el ministro de Transporte, Kazuyoshi Akaba, al presentar unas medidas que calificó de "vanguardistas" en el mundo.
El número de víctimas mortales en accidentes viales en Japón en 2018 fue de 3.532 en 2018, el mínimo registrado desde que se empezó a elaborar esta estadística en 1948. No obstante, el 55,7 % de ellas fueron mayores de 65 años, una proporción que viene aumentando en los últimos años.
Los sistemas de frenado obligatorios se basarán en los últimos estándares internacionales del Foro Mundial para la Armonización de la Reglamentación sobre Vehículos, precisó Akaba. Estos están diseñados para evitar que un vehículo a 40 kilómetros por hora colisione con otro que se detenga delante o que se encuentre estacionado, o para prevenir atropellos de peatones cuando el automóvil vaya a una velocidad de 30 kilómetros por hora.
Para ello, emplean un radar que detecta y monitoriza vehículos y otros objetos alrededor del coche, y alertan al conductor del riesgo de colisión antes de que active los frenos. Actualmente, un 80 % de los nuevos vehículos que se comercializan en Japón está equipado de serie con esta tecnología, según datos del Ministerio nipón de Transporte.