La nueva guerra fría se libra en el internet del futuro. "La carrera por el 5G ha empezado y Estados Unidos debe ganar", afirmaba el presidente de los Estados Unidos en una rueda de prensa.
Trump ya ha pasado a la ofensiva, decretando la emergencia nacional para vetar a Huawei, la empresa china que es uno de los líderes mundiales del 5G y Trump no quiere que participen en el desarrollo de esa infraestructura en Estados Unidos.
"Tiene el temor de que Huawei utilice la penetración en mercados occidentales implantando la red 5G para hacerse con los datos que transitan por esos canales de información y que puedan acabar esos datos en manos de China", dice Fernando Arancón, director de 'El Orden Mundial'.
Por otro lado, Mario Esteban, analista del Real Instituto Elcano y profesor de la UAM, comenta: "Es cierto que el gobierno chino puede presionar a una empresa china de una manera mayor a la que un gobierno occidental puede presionar a una empresa occidental, pero no hay ninguna prueba que evidencia que Huawei esté colaborando en materia de inteligencia con el gobierno chino".
El 5G permitirá una conexión ultrarrápida y capaz de gestionar una ingente cantidad de datos, muchos de ellos muy sensibles. Una tecnología con un enorme potencial económico e industrial, habilitará el llamado 'internet de las cosas', que todo lo que tenemos, desde la nevera al coche, está conectado a la red.
Permitirá, por ejemplo, la conducción de vehículos autónomos o las operaciones quirúrgicas a distancia. El auge de China en ese sector estratégico amenaza la hegemonía de Estados Unidos como líder mundial.
"Estamos hablando de una cuarta revolución industrial y quien la lidere tendrá mucho que decir sobre los nuevos equilibrios de poder. Una forma de limitar las capacidades de China es limitar el margen de actuación de sus empresas", concluye Esteban.
Una batalla en la guerra por el liderazgo tecnológico.
Sin volante ni pedales
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