El mundo se para ante el mayor eclipse lunar del siglo XXI. La expectación era máxima. Cuando todavía ni siquiera había salido la luna, algunas playas, como la de Valencia, ya estaban abarrotadas para disfrutar del fenómeno. A las 21:30, hora peninsular española, la Tierra se interpuso entre el sol y nuestro satélite para dejar un eclipse que se iba prolongar durante casi dos horas.
"Es de esos eventos que crean vocación, que hacen que la gente se enganche a algo porque es espectacular, es visible, no requiere conocimiento previo, no requiere material y lo puede ver cualquier persona", explica el doctor en Física Javier Santaolalla.
La conocida como 'luna de sangre' es provocada por la atmósfera de nuestro planeta, que dispersa los colores más energéticos como el azul o el verde, y sólo permite pasar los rayos rojos de la luz solar. Un color cobrizo que se pudo apreciar en todo el mundo: desde Madrid, en la India y hasta en Australia, sin dejar a nadie indiferente.
"El color de la Luna ha sido algo surrealista, nunca antes lo había visto", afirma uno de los expectadores que pudo disfrutar del fenómeno desde el país oceánico. El fenómeno concentró a amantes de la astrofísica y curiosos, dejando espectaculares estampas en lugares tan conocidos como en Coliseo de Roma.
"Es una experiencia que dejará un recuerdo imborrable en nuestra memoria", asegura un joven italiano tras observar, impactado, la 'luna de sangre'. Muchos, sencillamente, no pueden describir con palabras lo que han visto en un cielo que captó millones de miradas. Ni siquiera la Diosa griega Atenea se quiso perder el eclipse del Siglo.