El equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus ha concluido que el SARS-CoV-2 es de origen animal y que "no hay evidencia" de que hubiera transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
El equipo llegó el 14 de enero a Wuhan, considerada como la ciudad epicentro de la pandemia, y, tras dos semanas de cuarentena, visitó lugares como el mercado mayorista de mariscos de Huanan, donde se produjo el primer grupo de infecciones conocido, así como el Instituto de Virología de Wuhan, que participa en la investigación de coronavirus.
El jefe de la misión, Peter Ben Embarek, ha asegurado que, tras su investigación sobre los orígenes del virus en Wuhan, todo continúa señalando a que el SARS-CoV-2 procede de los murciélagos.
"Todo el trabajo que se ha hecho para identificar su origen continúa señalando a una reserva de este virus o de un virus similar en poblaciones de murciélagos", ha afirmado el experto en zoonosis danés en la rueda de prensa.
Además, ha considerado "extremadamente improbable" que el virus pudiera haber surgido de un incidente relacionado con un laboratorio, tal y como señalaron voces como Donald Trump. "Es extremadamente improbable para explicar la introducción del virus en el ser humano", aseguró el experto en zoonosis danés, por lo que estimó que esta hipótesis "no debe implicar estudios futuros sobre el origen del virus".
Ben Embarek, que dijo que no hay "grandes evidencias" de la transmisión del virus antes de diciembre de 2019 en la ciudad china, destacó dos hipótesis como las más probables para su transmisión al ser humano: a través de un huésped animal intermedio o por medio de algún alimento congelado de la cadena de frío.