Un estudio apunta que los pacientes con mayor renta esperan menos tiempo para ser intervenidos quirúrgicamente que los más desfavorecidos en los hospitales públicos, una diferencia que varía en función del tipo de operación, pero que puede llegar a superar el 20%.
Los resultados de la investigación fueron presentados en el reciente Congreso de la Asociación de Economía de la Salud (AES) y están pendientes de ser publicados en una revista científica, según ha informado este viernes El País y han confirmado a EFE fuentes de la organización.
El trabajo, cuya autora principal es la investigadora de la Universidad de York (Reino Unido) Laia Bosque Mercader, compara los tiempos de espera de diez tipos de operaciones quirúrgicas con decenas de miles de casos en la sanidad catalana entre 2015 y 2019, y los relaciona con cuatro niveles de renta, a partir de la información del copago farmacéutico.
Así, el estudio compara la espera de los pacientes con una posición socioeconómica baja (ingresos menores de 18.000 euros al año) con las de muy baja (parados o receptores de pensiones no contributivas), media (entre 18.000 y 100.000 euros) y alta (más de 100.000 euros).
En el caso de las intervenciones de prótesis de cadera, con una demora media de 149 días, los ciudadanos con posición socioeconómica muy baja esperan 5,6 días más (el 3,8%) que quienes la tienen baja, mientras que las rentas medias esperan 4,8 días menos (el 3,2%) y las altas 21,1 días menos (el 14,1%).
En las operaciones de prótesis de rodilla (170 días de media), los pacientes de la franja alta aguardan 36,7 días menos (el 21,5%) que los de la baja. Los pacientes con una situación socioeconómica muy baja esperan 14,2 días más que aquellos con una posición baja para ser sometidos a un baipás coronario, una diferencia que supone el 37% de la espera media general de 38 días, que es la mayor encontrada por los investigadores.
En cuanto a las intervenciones oncológicas, que revisten de mayor urgencia, las diferencias se repiten en algunos casos, pero son en general más reducidas.
Según los autores del estudio, estas diferencias se podrían explicar por que los pacientes con rentas más elevadas tienen más habilidades para moverse por el sistema sanitario y reclamar; gozan de mayor flexibilidad horaria apara acudir a todas las citas y tienen más contactos y relaciones sociales.