Es la segunda industria más contaminante del planeta: la industria textil. "Hay toda una historia tóxica detrás de toda la industria y la ropa que nos ponemos", afirma Brenda Chávez, periodista y autora de 'Tu consumo puede cambiar el mundo'.
Desde el comienzo de su producción, ya en los cultivos, utiliza sustancias tóxicas para el medio ambiente y para nosotros. "Los pesticidas, los herbicidas y los insumos que contaminan la tierra, el suelo, el aire. Llevamos ropa a diario con contaminantes", detalla Chávez.
Durante su producción, la contaminación continúa. Se gastan grandes cantidades de agua y se usan sustancias químicas, blanqueantes y tintes que no se tratan de forma adecuada.
La deslocalización de las empresas añade más CO2 a la cadena de producción. La ropa recorre miles de kilómetros antes de llegar a nuestra tiendas.
Una vez aquí, un tejido como el poliéster contamina nuestras aguas cuando lo lavamos en la lavadora. "A través de los lavados se va desgranando, convirtiendo en micropartículas de plástico que acaban en los océanos", explica Celia Ojeda, responsable de la campaña de consumo de Greenpeace.
Los residuos de ropa normalmente se incineran o acaban en vertederos, filtrando las sustancias tóxicas a las aguas subterráneas.
Pero tenemos que vestirnos. Una solución es la moda sostenible. Tiene un triple impacto tanto a nivel ecológico como social y económico.
Una forma de intentar reducir la contaminación. Porque la ropa barata le sale cara a nuestra salud y al medioambiente.
Publicado en 'Science'
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Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.