En 'modo seguro', así ha permanecido durante más de un mes el telescopio espacial Hubble debido a un fallo de memoria en su viejo ordenador diseñado en los años 70. La opción de poner en marcha un viaje espacial para llegar hasta él y repararlo allí era inviable, pero afortunadamente la NASA ha conseguido que el aparato se encuentre ya plenamente operativo activando de forma remota diferentes controles.
El Hubble se puso en órbita en 1990 y desde entonces durante más de tres décadas ha conseguido dejarnos estampas espectaculares como la gran mancha roja de Júpiter, o el centro de la Vía Láctea, a 27.000 años luz de nuestro planeta.
Sus imágenes han llegado con una nitidez extraordinaria, tanto que es imposible de igualar su calidad desde ningún telescopio situado en la Tierra. "Ha permitido ver el nacimiento de nuevas estrellas, o la muerte en forma de explosiones", explica Martín Guerrero, del Instituto de Astrofísica Andalucía-CSIC.
Para evitar problemas en la exploración espacial, la NASA trabaja en el James Webb, un telescopio con tecnología más moderna que sucederá al Hubble. "Tendrá más infrarrojos, lo que permitirá estudiar aspectos como la formación de las primeras estrellas del universo, o las primeras galaxias", sostiene Guerrero.
Todo un hito
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