Debido al recalentamiento global, causado en parte por la acción humana, la capa de hielo de Groenlandia se ha derretido en un peso equivalente 7.500 gigatoneladas (gigatones) que han ido a parar al océano, afectando la estabilidad de la rotación de la Tierra y haciéndola "bambolearse".
Según la investigación presentada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, en inglés) de la NASA, el desplazamiento de esa masa es uno de los factores importantes que afectan la estabilidad de la rotación de la Tierra.
"Una masa que está a 45° con relación al Polo Norte -que es Groenlandia- o con relación al Polo Sur -como los glaciares de la Patagonia-, al desplazarse tendrá un impacto mayor en modificar el eje sobre el cual gira la tierra que una masa que está justo al lado del polo", señaló hoy en un comunicado Eric Ivins, investigador del JPL y coautor del estudio.
El desplazamiento de las masas de hielo es uno de los tres factores que los investigadores señalan como causantes del giro más inestable y el desplazamiento del eje de rotación terrestre. Otro tiene que ver con el "surgimiento" de las rocas en el área donde anteriormente existía una capa hielo y que ya no están bajo la presión de ese peso.
Una tercera causa presentada por los expertos es la denominada "convección del manto", causada por los movimientos de las rocas fundidas que se encuentran a muy altas temperaturas en las profundidades de la tierra.
Según el análisis, la capa que se encuentra entre el núcleo y la superficie (manto) puede sufrir variaciones con los movimientos de elevación o descenso de la roca incandescente, lo que genera también inestabilidad en su giro y modifica su eje.
Al analizar las mediciones realizadas durante el siglo XX, el JPL calculó que el eje de rotación de la tierra se desplazó aproximadamente cuatro pulgadas (10 centímetros) por año, lo que a lo largo del siglo representó cerca de 10 metros.
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