Todos hemos visto como en las películas de ciencias ficción, los agujeros negros son usados como portales que transportan a otras dimensiones a los protagonistas. Lo que hasta ahora ha sido visto como una fantasía podría estar más cerca de hacerse realidad de lo que cualquiera imagina, según cuenta la revista Live Science.
Los agujeros negros son posiblemente uno de los objetos más misteriosos del universo. Nacen como consecuencia de la muerte de las estrellas. Cuando estas llegan al final de su vida, es decir, cuando se extingue toda su energía, puede acabar produciendo un objeto con una densidad infinita capaz de absorber hasta su propia luz. Son toda una singularidad, un agujero en el tejido espacio-temporal que podría permitir viajar sobre distancias cósmicas en un corto período.
A pesar que los científicos creían que ninguna nave espacial podría usar los agujeros negros como portales de este tipo porque la temperatura y la densidad de podría llevar a la nave a vaporizarse por completo, un estudio de la Universidad de Massachussets ha demostrado que los agujeros negros no son creados por igual.
"Si un agujero negro como Sagitario A, ubicado en el centro de nuestra propia galaxia, es grande y está girando, entonces las perspectivas para una nave espacial cambian radicalmente. Y esto se debe a que la singularidad con la que tendría que lidiar una nave espacial sería, en ese caso, muy suave, y podría permitir un paso tranquilo", cuentan los responsables del estudio.
Posiblemente, la singularidad que presenta el interior de los agujeros negros podría ser, en algunas ocasiones, más débil. Los objetos que atravesaran agujeros negros giratorios, que son técnicamente débiles, no se verían dañados. Uno puede pensar que es algo así como pasar rápidamente el dedo por la llama de una vela sin quemarse, pero esta vela tendría una temperatura de casi 2.000 grados.
El estudio ha descubierto que, bajo algunas condiciones, un objeto que cae en un agujero negro giratorio no experimentará efectos infinitamente grandes al pasar a través de la singularidad del horizonte interior del agujero. Esta es la singularidad por la que un objeto que entra en un agujero negro giratorio no puede moverse ni evitarlo.
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No sólo eso, bajo las circunstancias adecuadas, estos efectos pueden ser despreciablemente pequeños, permitiendo un paso más cómodo a través de la singularidad. De hecho, puede que no haya efectos perceptibles en absoluto en el objeto que cae dentro del agujero negro, en este caso, la nave espacial. Esto aumenta la posibilidad de usar grandes agujeros negros giratorios como portales para viajes hiperespaciales. Por lo que no estaríamos muy lejos de hacer realidad del viaje de Cooper, el personaje al que Matthew McConaughey da vida en Interstellar.
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