De tortilla de patata, de boquerones en vinagre o de morcilla. Los helados salados se hacen hueco. Una heladería de Valencia cuenta con más 2.000 recetas de helado diferentes.
"Todo empezó en una comida familiar. Hicimos una ensalada y nos preguntamos: ¿por qué esta ensalada no la convertimos en helado?", cuenta Sebastián Linares, gerente de la heladería Linares.
Una idea que ha cambiado la forma tradicional de comer helados. Muchos restaurantes lo usan ya como acompañamiento en sus platos principales. "Nuestros mejores clientes son los restaurantes", afirma Sebastián Linares.
El secreto de un buen helado, dicen, está en la materia prima. Un ejemplo, el helado de apio y manzana. Para hacerlo, se lava el apio, se bate y se mezcla con la manzana. Después, pasa por una máquina para sacar su jugo y del cubo hasta esta mantecadora. Unos minutos más tarde ya está listo el helado de apio y manzana.
En el obrador se fabricó uno de los helados más peculiares del mundo y que se ha tenido que dejar de elaborar debido a su elevado coste. Es helado de placton, del que solo queda una tarrina.
La idea es del dueño de la heladería Napoli. Entre sus recetas está el helado de wasabi o de crema de foie. "Quería buscar algo diferente que no hicieran los demás heladeros aquí en Madrid", explica.