Para evitar desastres como el incendio que devoró el Museo Nacional de Rio de Janeiro, los museos de nuestro país cuentan con innovadores diseños para evitar la pérdida de sus obras en caso de un incendio.
"Utilizando puertas cortafuegos, detectores de incendios, no teniendo cargas de fuego, materiales inífugos", son algunas de las recomendaciones que hace el director de seguridad del Museo Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Molina.
Desde el museo Thyssen hacen hincapié en que lo más importante es la prevención. Coordinando todo a través de una central y realizando campañas de revisión, así como reuniones periódicas con bomberos y Policía.
Pero por si cualquier incendio ocurriera, el museo cuenta con un plan de evacuación. "Un documento extenso que contempla la evacuación de las personas. Primero las personas, y luego la protección de los bienes", afirma el director de seguridad.
Los auxiliares de cada sala se colocan unos chalecos especiales y sacan a los visitantes por las puertas de emergencia. De inmediato proceden a evacuar las obras mientras llegan los bomberos, pero no todas son iguales. "Hay tres niveles de prioridad: rojo, amarillo y verde. Son unos colores simples y entonces a las brigadas de bomberos se les da esas prioridades y van directamente cada uno a esa obra de nivel rojo de evacuación", explica el encargado de la seguridad.
Si una obra se quemara la pérdida sería incalculable, por eso el Museo del Prado ha sometido a escáner 3D obras de Goya o de Rafael. Las analizan usando fotogrametría para registrar formas, texturas y colores. Y con una impresora generar modelos en 3D que son réplicas exactas.
Adam Lowe, de Factum Art, afirma que "lo más importante para nosotros es captar los detalles antes de que la obra se destruya". Toda prevención es poca si se trata de proteger la historia del arte.