"No sé mucho de nada y cuanto más hago, menos sé". Con esas palabras y citando a la escritora brasileña Clarice Lispector y "las ventajas del no saber", la actriz australiana Cate Blanchettha recibido el Premio Donostia de la 72 edición del Festival de Cine de San Sebastián.

Tal y como estaba previsto, se lo ha entregado el director mexicano Alfonso Cuarón, con quien acaba de rodar la serie 'Disclaimer', pero también ha aparecido por sorpresa, a través de un vídeo grabado desde Venecia, el actor y director George Clooney. Clooney, que ha trabajado con ella en películas como 'Oceans' 8' o 'The good german' y que la ha dirigido en 'The monument's men', la ha felicitado por su Donostia y la ha situado, por su su forma de actuar, en una liga artística junto a mitos como Marlon Brando, Katharine Hepburn, Meryl Streep o Robert de Niro.

"Formas parte de esa herencia y es una suerte haberte dirigido y actuado contigo", ha dicho el actor, que ha tratado de quitarle solemnidad al momento bromeando con que no llevaba pantalones en el vídeo.

La ganadora de dos Óscar, por 'Blue Jasmine' de Woody Allen y 'El aviador' de Martin Scorsese, es una de las actrices más reconocidas y reclamadas de la industria cinematográfica.

También tiene cuatro Globos de Oro, cuatro BAFTA y tres Premios del Sindicato de Actores y en 2022 recibió el primer Goya Internacional de la Academia de cine española.

"He tenido una carrera ecléctica y extraña, pero si hay un tejido que la conecta es el deseo de saber y de entender lo que significa ser humano", ha afirmado Blanchett con su Donostia entre las manos. En ese sentido, ha considerado "desconcertante" el nivel de certezas y falta de dudas que parece haber en el mundo actualmente.

"Vivir una vida creativa y llena de dudas es el ADN de cualquier proyecto. Cuando empiezas algo reconoces que no sabes nada y que estás ahí para tratar de averiguarlo, por eso me preocupa ver que tratamos a veces de encontrar respuestas muy rápido", ha dicho.

Blanchett ha revolucionado la ciudad desde su llegada a primera hora de la tarde al Hotel María Cristina, en traje de chaqueta azul y zapato plano, y con una multitud congregada a las puertas para pedirle una foto o un autógrafo.