El concierto de Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi de Barcelona "no fue un evento de súper transmisión" del COVID-19. Así lo indican los resultados de la primera prueba piloto masiva y sin distancia de seguridad con cerca de 5.000 asistentes al evento.
Según han explicado los investigadores en rueda de prensa, la prueba piloto ha demostrado que los conciertos masivos pueden ser seguros.
Los doctores de la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, Boris Revollo, Josep Maria Llibre y Bonaventura Clotet, han informado de que, entre los 4.592 asistentes al concierto que otorgaron el consentimiento para permitir el análisis de los diagnósticos por COVID, se han diagnosticado seis personas positivas, cuatro de los cuales no se contagiaron en el concierto.
Además, la incidencia acumulada entre los asistentes al concierto en los 14 días posteriores al acontecimiento "no sugiere ningún impacto en la transmisión del COVID durante el concierto". Así pues, los organizadores de 'Festivals per la Cultura Segura' han calificado de "éxito" la iniciativa y han afirmado que "empieza a haber luz al final del túnel".
En concreto, los responsables del estudio han concluido que los casos positivos detectados entre los asistentes al concierto suponen una incidencia acumulada de 130'7 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la incidencia acumulada de la población de la ciudad de Barcelona en el mismo grupo de edad fue de 259'5 casos por 100.000 habitantes.
A todos los asistentes se les hizo entrega de una mascarilla FPP2 que debía sustituir a la traída de la calle. Con las pruebas, medidas sanitarias y debidos chequeos, el concierto empezó media hora tarde, lo que no hizo decrecer las ganar del público de, por una noche, vivir un concierto parecido a los que teníamos antes de la pandemia. El espacio, desinfectado previamente por un robot con luz ultravioleta, contó con la ventilación requerida.