Lo tenían todo en contra, excepto su talento. A principios de los 70, Pink Floyd pasaba por una crisis de identidad. El abuso de las drogas acabó con la carrera del líder, Syd Barrett, a quien sustituyó David Gilmour. Expulsado, Syd Barrett, su compositor principal, Roger Waters tomó las riendas.
En cuanto al mundo, la fiesta de los 60 dio paso a la resaca de los 70, y el Reino Unido se encaminaba a una crisis brutal. Estados Unidos seguía en guerra con Vietnam y con apenas dos semanas de diferencia, la música perdía a Janis Joplin y a Jimi Hendrix. Y en ese ambiente de pesimismo nació 'The Dark Side of the Moon', exactamente en marzo de 1973.
Grabado en Abbey Road, fue heredero de la última etapa de los Beatles. A medio camino entre la psicodelia y el rock progresivo, permaneció tres años seguidos en la lista de los más vendidos.
Ellos se hicieron millonarios, quienes les escuchamos nos enriquecimos de otro modo. Su influencia marcó la música de los 70 y los 80.
Después vendría una década de éxitos, The Wall y la lucha de egos entre Waters y Gilmour... que acabó con la banda.