Decía Chavela Vargas "si alguien llama a tu puerta y no le ves ni una cana ni una arruga, no le abras porque no tiene nada que contarte". No fue su caso. Ella, con sus canas y sus arrugas, tuvo mucho que contar y que cantar.
"No soy artista que se para en un espejo, yo, como amanezca, según esté canto", contaba a Antena 3 en 2004.
En el centenario de su nacimiento, en la Casa de América brotan las lágrimas de 'La Llorona', brotan también los versos de su boca.
"Ella marcaba la pausa y el canto, el silencio como música. Cada gesto, cada movimiento, cada cerrada de ojos... siempre organizaba una ceremonia sagrada en cada concierto", ha destacado la cantante y amiga de Chavela Vargas Martirio.
"Rechazaba cantar con la Orquesta Filarmónica de Londres porque decía que no necesitaba tener a 200 personas detrás", ha recordado Ulises Culebro, comisario de la exposición y amigo de Chavela Vargas.
Artistas como Mariscal o Ulises Culebro retratan el alma de Chavela. "Mujer arrebatada", decían, con la música escrita en la piel.
"Chavela paladeaba cada verso, cada palabra. Antes de salir a cantar, la visualizo y le digo: 'Vamos allá'. Yo hablo con ella y muchas veces le mando un beso cuando acabo una canción", añade Martirio
Y ahí se queda 'la llorona' con sus letras tejidas en su poncho y sus gafas negras cantando a las pasiones, la nostalgia y los recuerdos.