El Liceu de Barcelona es el teatro más antiguo de la ciudad y uno de los centros operísticos más importantes del mundo, pero la cosa cambia si lo que se va a ver es un concierto de música latina.
El cuerpo del público pide salsa ya con el vídeo preliminar, pero la gente se sienta porque aún es pronto y el lugar impone. Que apaguen las luces ayuda y cuando sale el artista, Luis Fonsi en este caso, empieza el 'quiero, pero no se si puedo'.
Sacan el móvil, pero lo bajan rápido porque el de atrás no ve. '¿Me levanto? ¿no? venga, que desde aquí arriba tapo poco'. Y si se saca la bandera se hace sentada, que aquí ha cantado Montserrat Caballé y no son formas.
"Esta noche estamos en un show más íntimo, un lugar lujoso, pero yo quiero que estén cómodos, que si se quieren poner de pie y bailar lo pueden hacer", Luis Fonsi se dirige al público. "De pie, bailar, sentarse, cantar, va a ser así toda la noche", añade.
Normal que a la salida los asistentes tengan la energía descontrolada y deseen que vuelva. "Pero que podamos bailar que aquí es un poquito complicado", pide una de sus fans. Eso, o que haga el primer disco de ópera latina de la historia.
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