El museo neoyorquino 'Metropolitan' ha pasado de tener tres Velázquez a poseer seis durante la última década. El último en incorporarse a la galería ha sido el 'Retrato de hombre' o 'Caballero Marquand', como se le conoce en Nueva York, ya que fue Henry G. Marquand quien lo donó en 1889; aunque el 'Metropolitan' se muestra cauteloso y no lo confirma todavía al 100%.
El lienzo es más grueso del que se utilizaba en la Corte española, más parecido, por tanto, a los que se usaban en Italia; pero el artista viajó allí varias veces, y su estilo y sus características coinciden.
Si lo comparamos con otros dos cuadros de Velázquez que el 'Metropolitan' ha mostrado en la última década y con dos cuadros cuya autenticidad no admite dudas, vemos sus similitudes, sobre todo en el pelo. Un rasgo que el pintor usaba para dar vitalidad y espontaneidad.
Superponiendo el retrato recién catalogado con el descubierto en 2010, de nariz para abajo son prácticamente idénticos; pero además, un tercer rasgo definitorio es el fondo: en otro retrato de Felipe IV del 'Metropolitan', descubierto en 2009, el color es muy similar al del retrato que se analiza, y a otros muchos del artista, que utilizaba esas tonalidades para dar luz a la figura.
Son rasgos inconfundibles que aportan al cuadro un toque especial... porque no todos los los cuadros pueden presumir de ser un 'Velázquez'.
Autora de 'La huella vikinga'
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