Imposible imaginarse el Congreso de los Diputados en otro sitio, pero no siempre estuvo aquí. En 1841 los diputados se reunían en un ruinoso convento en la Carrera de San Jerónimo.
Y cuando empiezan las obras del nuevo edificio se trasladan a un teatro real en construcción. Entre las dos imágenes han pasado casi 180 años. Entonces el Teatro Real era el Teatro de Oriente y además era la sede del Congreso de los Diputados.
Durante nueve años se celebraron sesiones en un salón conocido como el salón de baile. Un salón que hoy es un restaurante, pero que en 1841 era muy distinto.
Y para que los parlamentarios no se distrajesen durante las sesiones se tapaban espejos y elementos decorativos con tapices.
Aquí se decidió que España iba a usar el sistema métrico decimal, se aprobó la Constitución de 1841 y la ley electoral. También se creó la Guardia Civil y se aprobó la construcción de la primera línea de ferrocarril de la península.
Lo hicieron entre estos muros, muy cerca de un escenario, el del Teatro Real, que entonces era el edificio más importante de España.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como se narra en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.