Los toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago han protagonizado un encierro veloz, emocionante y con momentos de peligro por las caídas tanto de los astados como de los corredores, sin que ninguno de los mozos haya resultado corneado.
Pese a la fama que precede a esta ganadería, con un importante número de cornadas en su historial, en la carrera de esta mañana, según el parte médico facilitado por el servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra, solo cuatro corredores han tenido que ser trasladados por diversos traumatismos y contusiones.
Con el suelo seco, por primera vez en estos Sanfermines, la carrera ha resultado la más rápida hasta el momento, con 2 minutos y 33 segundos invertidos en completar todo el recorrido, y la menos concurrida, lo que ha posibilitado bonitas carreras. La manada ha concluido el recorrido de forma estirada, aunque con los primeros cuatro toros agrupados, mientras que los dos últimos han corrido separados, dando así lugar a momentos de gran emoción.
Puntuales tras el cohete y encabezados por los cabestros, la torada ha abandonado los corrales de Santo Domingo y de esta manera ha emprendido la carrera hasta contactar con los primeros corredores. En este tramo los tres mansos que iban en cabeza han imprimido velocidad al grupo que, sin detenerse, ha ido mirando a los mozos que se encontraban en la cuesta.
La rapidez de su carrera ha facilitado que el grupo ya en la plaza Consistorial llegara estirado, con los mozos guardando las distancias, que alguno ha perdido al resbalar uno de los "cebadas" en Mercaderes.
De forma limpia y sin llegar a tocar la pared han tomado la curva de Estafeta y han enfilado este tramo donde la disposición de la manada, con huecos entre los animales, ha permitido que los mozos se arrimaran y se lucieran ante las astas.
Uno de los momentos de más tensión se ha vivido en el tramo de Telefónica, poco antes de llegar al callejón, donde dos bravos han topado entre ellos, lo que les ha despistado momentáneamente, pero la oportuna intervención de los mozos les ha puesto de nuevo en su camino. Detrás, sus hermanos han seguido su estela y todos ellos, de forma paulatina y bien guiados por corredores y después por los doblares, han accedido a los corrales.