"Estaré aquí mismo", dijo ET a Elliot al despedirse en 1982, poniendo su característico dedo sobre el pecho del niño.
El extraterrestre volvía a "casa" y millones de niños de todo el mundo vivían con emoción la historia, y lo que parecía el final, de esta amistad tan peculiar como entrañable.
Ahora, 37 años después, ET se ha reencontrado su humano favorito gracias a Xfinity, una compañía telefónica que ha continuado la historia de Spielberg en su anuncio navideño.
Pero Elliot ya no le explica al extraterrestre marrón cómo funciona el colegio. El niño de la sudadera roja ha formado una familia e invita a ET a pasar con ellos la Navidad.
De fondo suena el tema principal de la película de 1982, una melodía que despierta la nostalgia de los espectadores. Sin embargo, todo ha cambiado mucho desde entonces.
"Teléfono, mi casa" ha sido sustituido por Internet, un invento que fascina al extraterrestre, quien mira atónito las imágenes de los satélites espaciales.
La realidad virtual permite que ET se encuentre 'cara a cara' con un dinosaurio, y los servicios de 'streaming' proporcionan múltiples películas navideñas que ver desde el sofá.
El extraterrestre también tiene una familia, a la que sitúa con su dedo allá, en el cielo, en "casa", lugar al tiene que volver. Una revelación directa a la nostalgia de aquellos niños de los 80 y 90 que ya tuvieron que decirle adiós.
Pero no sin antes repetir uno de sus momentos más icónicos en la Tierra: volar en bicicleta. Esta vez, eso sí, con los hijos de Elliot.
De todos ellos se despide como lo hizo en 1982, con un mensaje tan atemporal como su historia: "Estaré aquí mismo".