La Iglesia católica en Lyon se sacudió tras recibir la denuncia de abusos sexuales por parte de algunos de sus curas. Todo comienza con una denuncia al arzobispo Barbarin, uno de los hombres más poderosos de la jerarquía eclesiástica en Francia.
"Las palabras son categóricas, porque la Iglesia condena la pederastia pero sus actos no. No hacen nada parao hacen nada para pararlo", explica François Ozon, director y guionista de Gracias a Dios.
Fue la propia Iglesia la que trató de impedir, juicio mediante, que la película destapase sus miserias. "Fue muy complicado antes de que se estrenase la película. Nos denunciaron para impedir que saliese a la luz", confiesa Ozon.
Y lo que ahora sale a la luz es la historia real de un sacerdote francés y tres víctimas de abusos sexuales cuando eran niños. Un escándalo que la Iglesia trató de tapar a toda costa. No lo consiguieron y 'Gracias a dios' llevó a dimitir por encubrimiento al arzobispo Barbarin, dijo "por respeto a las víctimas". El papa nunca admitió su dimisión.