"Lo que más me gusta nada más entrar en la exposición es que se vea un espacio porque representa al violeta, el color fundamental de Marina", cuenta Ana Belén Núñez, la profesora de arte de Marina Sacaluga, la artista que está detrás de los cuadros de una exposición a la que ha acudido laSexta.
Cada una de sus pinceladas, sus trazos; todo sale de la mente de alguien tan especial que le hacer ser única, como sus obras. Marina tiene autismo, discapacidad intelectual, un trastorno bipolar y carece de lenguaje.
"El hecho de que esté aquí expuesta es como si hablara al público, algo que no puede hacer realmente con el lenguaje. Somos muy sociales, muy de lenguaje verbal, pero hay otras maneras de expresarse también", explica Ana Belén.
Marina elige los colores y los materiales, y su modo de utilizarlos es, en cierto modo, su forma de comunicarse con los demás. "Estoy aquí, no os olvidéis de mí. Puede parecer muy invisible Marina, pero esto no lo es", señala Ana Belén con orgullo, refiriéndose a la exposición de su alumna.
Es esa invisibilidad la que impide que personas como Marina sean consideradas artistas. "Son personas capaces de aportar si se les da la oportunidad, pero vienen de una historia donde se les ha arrinconado", lamenta la profesora. Pero Marina ha podido desarrollar su creatividad, y el mejor ejemplo son sus obras, en las que mezcla distintos materiales y en las que predomina la intensidad del color y la fuerza de los trazos enérgicos.
Una energía que se percibe nada más entrar en esta exposición. Porque aunque Marina no pueda decir nada en realidad lo está diciendo todo.