Antonio Vega actuó por última vez en directo en Bilbao en marzo de 2009, un mes antes de que se armara de fuerza y valor para para suspender con todo el dolor un concierto para el 30 de abril de ese mismo año, 12 días antes de su muerte.
Ese chico con apariencia de triste y solitario empezaba a despedirse, aunque él no estaba de acuerdo con esa imagen, tanto que, según aclaraba Jesús Redondo, teclista de los secretos, "él tenía un gran sentido del humor".
Grabó siete discos en ocho años junto a su primo Nacho en 'Nacha Pop', donde cosecharon gran cantidad de éxitos con temas míticos como La chica de ayer. "Nacha siempre fue un grupo que tuvo una fuerza increíble en directo", explicaba Antonio, que dejó la formación para iniciar la carrera como solista en 1988.
El mítico Penta sigue en pie, ese local donde Nacha Pop alcanzó su gran éxito. Allí se cruzó Álvaro Urquijo, cante de Los Secretos, con Antonio, con el que "soñaba que pudiera escribirnos alguna de nuestras canciones, como todos".
Tenía motivos ilimitados para presumir, como talento, amigos o fans, pero su carácter nunca fue ese, sino el de ser un hombre sencillo y tímido al que resultaba muy difícil no querer, según comentaban los más cercanos al artista. Por eso, nadie que estuviera a su lado se resistía a protegerle de todos los males.
Entrevista a Irene Vallejo
Cinco años de 'El infinito en un junco', el éxito inesperado de las letras españolas que nació en un hospital
"Vivía a través de los libros lo que no podía permitirme en la vida real", nos cuenta Irene Vallejo. Su gran obra, de la que se han vendido más de un millón y medio de ejemplares, la escribió en un hospital mientras curaban a su hijo recién nacido.