Una "atracción magnética", una "bestia", la "embajadora del star system patrio", la "más grande", la "Faraona". No faltan adjetivos ni calificativos para definir lo que fue y quién fue Lola Flores, que tal día como hoy cumpliría 100 años.
"Se autodenominaba Lola de España. Que era como decir 'yo soy la representación de España'", sostiene Jaime Iglesias de Gamboa, periodista e historiador del cine. "Es una mujer fuerte, que toma decisiones, que pide perdón", define de ella el profesor de la Universidad Carlos III Alejandro Melero. "Esa autenticidad, esa manera de hablar, de no fingir", destaca la periodista y crítica de cine Lucía Tello Díaz.
Si bien en su momento se llegó a leer como un símbolo del franquismo, años después surgen otras lecturas de su figura. También había una lectura queer, ella misma decía que "los mariquitas" le querían mucho. Y también feminista.
"Las nuevas generaciones ven en Lola Flores un animal exótico, un personaje anacrónico que no respondía a la época que le había tocado vivir", defiende Carlos Barea, coordinador del libro 'Flores para Lola'.
"Se daba el permiso de hacer emerger un acontecimiento en escena", dice Fernando López, bailaor y filósofo.
Irreverente, hipnótica, fascinante... Hoy se ha convertido en un icono pop. Ella misma lo decía, "soy de otro planeta", en sus apariciones televisivas que contribuyeron a lanzarla al estrellato.
Sirva este centenario para desmentir aquel titular del New York Times de que ni cantaba ni bailaba. Algo, explican, que posiblemente inventó ella misma. Pero este aniversario va a servir para conocer una parte muy interesante de su obra.