La campaña 'me too' se sube a la pasarela de Nueva York: ocho mujeres víctimas de abusos se han convertido en modelos por un día. "Mi nombre es Cheyenne y soy una superviviente de violencia sexual" así arrancaba su discurso la modelo Cheyenne Jacobs.
Historias desgarradoras que se unen a una impactante puesta en escena: cada modelo esposada a un hombre con máscara de cerdo para simbolizar a su agresor. Agresores como el de Alicia Kozakiewicz que la secuestró a los 13 años: "Me encadenó en un sótano por el cuello. Compartió esa tortura por 'streaming'. Hubo gente que disfrutó de mi dolor".
Una iniciativa obra de la diseñadora francesa Miriam Chalek: "Soy una mujer. El movimiento #Metoo es un movimiento de mujeres para mujeres. Y sentí que tenía el sentimiento de responsabilidad de hacer algo al respecto y contribuir al cambio". Porque la moda es mucho más que ropa.